Ante el anuncio de que Rusia ya se encontraba acelerando la fase 2 de la vacuna contra el COVID-19 para que el 10 de agosto fuera aceptada la tercera fase y así empezar a distribuirla, la Organización Mundial de la Salud envió un claro mensaje a los investigadores rusos para que tomen en cuenta todos los protocolos suficientes antes de presentarla para que reciba la licencia de distribución. "Hay actualmente cientos de vacunas (contra la COVID-19) en proceso de prueba, y deben cumplir las guías y regulaciones para proceder de forma segura", destacó al respecto el portavoz de la OMS Christian Lindmeier.
Y es que la semana anterior algunos medios internacionales indicaron que Rusia de la noche a la mañana había informado sobre la fase 2 de una vacuna que debe llevar al menos 6 meses para su descubrimiento a partir de que inician las investigaciones, por lo que dejaron entrever que se había saltado algunas fases. El portavoz afirmó que en ocasiones "se reportan hallazgos que luego tardan en pasar por todas las fases necesarias" antes de poder aplicarse de forma general. El ministro ruso de Sanidad, Mijaíl Murashko, anunció el 1 de agosto que el Centro Nacional de Investigaciones Epidemiológicas y Microbiología Gamalei había concluido sus pruebas para una vacuna contra el coronavirus causante de la COVID-19, por lo que ha comenzado la etapa de registro del fármaco. Según el titular de Sanidad, los médicos y los docentes serán los primeros en recibir esta vacuna, y está previsto que a partir del próximo 10 de agosto sea enviada a las distintas regiones rusas, donde se llevaría a cabo una campaña de vacunación más amplia a partir de octubre. La investigación de vacunas suele requerir al menos tres fases de varios meses de duración (en los que se inoculan a comunidades cada vez más grandes en busca de posibles efectos secundarios), un proceso que suele durar años. La OMS vaticinó que se tardaría al menos año y medio en hallar una vacuna contra la COVID-19, aunque los rápidos avances en laboratorios de países como Rusia, EEUU, China o Reino Unido han alimentado la esperanza de que ese tiempo se acelere, ante una pandemia que está lejos de remitir.
Con información de EFE