El gobierno de Austria dio a conocer este domingo una reforma fiscal que prevé la creación de una tasa sobre las emisiones de dióxido de carbono.
Este nuevo impuesto entrará en vigor a mediados del próximo año y tendrá un costo inicial de 30 euros por tonelada de CO2, antes de cubrir hasta los 55 euros en 2025, así lo dio a conocer Sebastian Kurz, canciller derechista.
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Para compensar el impacto de la medida, los ciudadanos recibirán un "bono climático" que tendrá en cuenta la disparidad de situaciones entre los habitantes de las grandes ciudades y los del campo, mucho más dependientes del vehículo privado.
La indemnización será de unos 200 euros anuales para los habitantes de zonas rurales y de 100 euros para los de las ciudades.
El vicecanciller Werner Kogler, líder de los ecologistas austríacos, calificó esta medida de "histórica" y aseguró que se traduciría por "menos suciedad en el aire, pero más dinero en el bolsillo de la gente".
La aprobación de este impuesto verde es una de las grandes promesas del acuerdo de gobierno alcanzado en enero de 2020 entre los conservadores de Kurz y los ecologistas.
IG