La mañana de sábado, el Ministerio de Salud de Israel confirmó siete casos en el país de la nueva variante de ómicron del COVID-19, avivando el miedo a un posible recrudecimiento de las infecciones.
Cuatro de los casos confirmados son de personas no vacunadas que acababan de regresar de Sudáfrica. Los otros tres incluyen a dos personas que regresaron de Gran Bretaña y que habían recibido dos dosis y una inyección de refuerzo de la vacuna de Pfizer-BioNTech.
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Israel fue uno de los primeros países en cerrar sus fronteras a todos los extranjeros tras el descubrimiento del primer caso de la variante ómicron la semana pasada. Los israelíes que vienen del extranjero tienen permitido regresar al país.
El ministerio dijo que tiene una “alta sospecha” de que otros 27 casos identificados del coronavirus también son de la nueva mutación. Ocho de ellos son personas que viajaron al extranjero o que han estado en contacto con un recién llegado que dio positivo en la prueba de ómicron.
Ómicron fue identificada por primera vez la semana pasada en Sudáfrica y España estableció a partir de este lunes cuarentena obligatoria de diez días para los viajeros de vuelos procedentes de ese y otros seis países africanos, una medida que durará al menos dos semanas.
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AR