Luego de que el COVID-19 tomara por sorpresa al mundo hace poco más de un año, el anuncio de que una serie de vacunas de diferentes laboratorios y compañías farmacéuticas estaban en su fase final de desarrollo, llenó de optimismo a millones, pues el principio del fin de la pandemia parecía verse en el horizonte.
Fue a partir de los primeros días de 2021, que las campañas de vacunación masiva empezaron en varias partes del globo, como en algunos países de Europa, Estados Unidos, Israel, Corea del Sur, entre otros.
En todos los casos, los usuarios prioritarios de estas primeras dosis fueron los trabajadores de la salud, responsables de atender a los enfermos graves de coronavirus, así como a la gente de la tercera edad, considerada como población de riesgo.
En diferentes ocasiones, las celebraciones y muestras de alegría por parte de quienes han recibido alguna variante de la vacuna anticovid se han vuelto virales, como el caso de un anciano libanés, a quien no le importa bailar en bata ante la cámara para festejar que ha sido inmunizado contra la enfermedad que ya ha cobrado 2 millones 500 mil muertes en todo el mundo hasta la fecha.
Se estima que en Líbano, un pequeño país árabe localizado en Medio Oriente de casi 7 millones de habitantes, el número total de casos de COVID-19 es de 390 mil personas, de las cuales, 304 mil se han recuperado y 4 mil 971 han muerto.
De acuerdo con datos de la ONU, la crisis económica y una fuerte explosión ocurrida en Beirut, capital del país, en agosto del año pasado, habrían debilitado al gobierno libanés para responder de manera efectiva ante la crisis sanitaria.
Las autoridades sanitarias estiman que, inoculando a la mayoría de las personas mayores de 65 años, la mortalidad por COVID-19puede caer hasta en un 80 por ciento, por lo que este grupo poblacional es prioritario.
JMCG