Continúa la visita histórica del papaFrancisco a Irak, la cual en la cual se ha reunido con clérigos musulmanes y con la población cristiana local, en un llamado a mejorar las relaciones étnicas y religiosas en la región, azotada por la guerra desde hace casi dos décadas.
Durante una parada en la ciudad santa de Najav, lugar de nacimiento del Profeta Abraham, figura central tanto en el islam como en el cristianismo, el papa se reunió con el Gran Ayatola chiita Ali al-Sistani, en donde declaró que “la mayor blasfemia es profanar el nombre de Dios al odiar a nuestros hermanos y hermanas”.
Durante la plática, ambos religiosos hicieron un llamado por la fraternidad, el diálogo, la coexistencia y la paz en la región, donde los conflictos religiosos son frecuentes entre miembros de las creencias que allí conviven desde hace siglos.
El Ayatola al-Sistanti es una de las figuras más importantes dentro de la rama chiita del islam, tanto en Irak como en el exterior, además de que su acercamiento con el papa es histórico, pues es la primera vez que estas dos figuras se reúnen.
La visita del líder de la Iglesia Católica se ha realizado bajo un fuerte dispositivo de seguridad, el cual ha incluido la interrupción del tráfico en algunas partes, además de que se ha visto fuerte presencia de elementos de seguridad montados en camionetas artilladas e incluso tanques patrullando en algunas partes.
La invasión por parte de Estados Unidos a Irak en 2003 sumió al país en el caos y en luchas sectarias, en la que las minorías religiosas frecuentemente eran perseguidas con violencia. La seguridad mejoró en 2017, con la derrota del Estado Islámico en 2017, aunque el país continúa siendo escenario de fuertes atentados de vez en cuando.
Con información de Reuters. JMCG