La ola de calor en Grecia alcanzará este martes un máximo, tras registrar el lunes pasado temperaturas que llegaron a los 46 grados, la mayor temperatura desde 1987, cuando una canícula dejó mil 300 muertos en el país.
De acuerdo con Protección Civil, todos los sistemas de prevención están en alerta máxima, sobre todo el control por aire y tierra de zonas en las que se pueden producir incendios.
Mientras tanto, los bomberos luchan por extinguir un incendio en la isla de Rodas, y después de evacuar preventivamente algunos pueblos, se han podido evitar daños menores.
En los últimos días, se han registrado también incendios en el norte del Peloponeso, y el más reciente, en la unidad periférica de Ftiótide, en el centro de Grecia, precisamente la zona en la que ayer se registró el récord histórico de la ola de calor, con el termómetro en 46.3 grados en el pueblo de Makrakomi.
El Operador de Distribución Eléctrica Griego ha anunciado que durante la jornada de hoy, en que se esperan temperaturas de entre 44 y 46 grados, habrá cortes eléctricos intermitentes en algunos puntos del país, en especial en la región capitalina de Ática, con el fin de evitar un apagón generalizado.
En tanto, Kyriakos Mitsotakis, primer ministro, hizo un llamado a la población a limitar todo consumo eléctrico innecesario, como evitar poner el calentador de agua o el aire acondicionado a menos de 26 grados.
En el país se han habilitado salas climatizadas, abiertas todo el día, para que sobre todo los grupos vulnerables puedan resguardarse del calor.
Después de registrarse una temperatura en el suelo de 55 grafos, la Acrópolis de Atenas anunció que mientras dure esta ola de calor, la roca sagrada de Atenas acortará su horario de apertura y cierra a las cinco de la tarde.
El Colegio de Médicos de Atenas ha pedido a la población que se tome en serio esta situación y ha instado a los ciudadanos no desplazarse en las horas de más calor, beber mucho agua, evitar el consumo de bebidas alcohólicas y ducharse con agua tibia.
Los expertos indican que las condiciones climáticas son especialmente peligrosas, sobre todo porque las noches son extremadamente calurosas, con el termómetro que apenas logra bajar de los 30 grafos, lo que impide que el organismo tenga horas de recuperación.
Muchos medios recuerdan estos días los horrores vividos en 1987, cuando una ola de calor, en julio, que duró once días dejó mil 300 muertos, en la región de Atenas.
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La gran diferencia entre entonces y ahora, recalcan expertos, es que en aquella época pocas casas tenían aire acondicionado y no se habían habilitado puntos de refrigeración.
El Servicio Meteorológico Nacional ha informado que las temperaturas se mantendrán altas durante toda la semana y que empezarán a disminuir a partir del fin de semana.
Con información de EFE
IG