El volcán Etna, ubicado en la isla italiana de Sicilia, tuvo una erupción de su cráter sureste, que provocó una lluvia de ceniza.
La estructura del Etna es conformada desde los cráteres superiores, hasta una profundidad de entre 10 y 12 kilómetros. De acuerdo con el estudio, publicado por la revista "Communications Earth & Environment”, la parte central del volcán, tiene una "zonas fracturadas a alta temperatura que contienen un porcentaje de magma del 4 % del volumen total", una cantidad que puede alimentar la actividad eruptiva.
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Recientemente se registró la actividad del volcán submarino (Hunga Tonga Hunga Ha'apai) cerca de Tonga, en el océano Pacífico, provocando grandes olas en las costas, por lo que los expertos han estado estudiando los casos.
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