Pese a que se le atribuye alóptico holandés Hans Lippershey la construcción del primer telescopio en la primera década del siglo XVII, Galileo Galilei destaca por la construcción del suyo, el 25 de agosto de 1609, para observar los cielos con un telescopio de refracción, que utiliza una lente convexa delante y una lente ocular cóncava.
Con este artefacto logró descubrir las fases de Venus, fenómeno que indica que el planeta gira alrededor del Sol y también descubrió los cuatro satélites naturales que orbitan alrededor de Júpiter.
En diciembre de 1609 Galileo había construido un telescopio de sesenta aumentos, con el que descubrió montañas y cráteres en la Luna. También pudo observar que la Vía Láctea estaba compuesta por estrellas.
En marzo de 1610 público estos descubrimientos en el tratado astronómico al cual llamó El mensajero sideral. Un relato que destaca de la vida de Galileo Galilei, fue cuando, tras ser obligado a retractarse de sus afirmaciones donde afirmaba que la Tierra no era el centro del universo, declaró ante la Santa Inquisición: “Y sin embargo se mueve” haciendo índole a su descubrimiento astronómico; sin embargo, cabe destacar que este hecho no ha podido comprobarse, pues no existen registros históricos donde se registre que Galileo haya pronunciado dicha frase.
El astrónomo falleció de manera natural en su casa, una villa en Arcetri, en las afueras de Florencia.
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JG