Las fuerzas israelíes han entrado esta madrugada en el hospital más grande de Gaza, Al Shifa, al que habían sometido a un asedio de dos días. El ejército israelí califica este hecho como un operativo “preciso y dirigido” y sostiene que Hamás utiliza el hospital como centro de mando y almacén de armas.
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Por su parte, tanto la Autoridad Palestina, con sede en Cisjordania, como Hamás, califican el asalto al hospital como “crimen contra la humanidad” y “crimen de guerra”. El hospital se ha quedado sin comida, agua y electricidad.
Hay unos 650 pacientes, entre ellos 36 bebés prematuros, que no pueden ser evacuados, y en las inmediaciones se refugian miles de civiles desalojados de sus casas por los combates. La situación es tan grave que ha sido necesario excavar una fosa común en las inmediaciones del complejo para enterrar decenas de cadáveres en proceso de descomposición.
Mientras, la OMS ha insistido en que evacuar el hospital es una “tarea imposible”. En plena ofensiva militar, el ejército israelí ha asegurado haber tomado la sede del Gobierno de Hamás en Gaza, el Parlamento y varios cuarteles de la milicia. Tras asaltar el centro, el ejército israelí aseguró haber llevado al hospital incubadoras y alimento para bebés.
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