El objetivo final del programa Apolo de la NASA fue llevar al ser humano a la Luna, como lo demostró la misión Apolo 11 que partió el 20 de julio de 1969.
A pesar del hito científico que representó este avance científico, los científicos se sorprendieron al descubrir algo inusual en el satélite natural. Esto fue provocado por la mano humana.
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Los científicos han hallado ruidos extraños en la superficie lunar y están seguros de que son causados por los restos de un módulo estadounidense, conocido como el Apolo 17, que se encuentra en ruinas.
Utilizando algoritmos modernos para analizar datos de la era Apolo, un nuevo estudio reveló la actividad sísmica en la Luna. Se descubrió que las estructuras construidas por el hombre se expanden y se contraen debido a los cambios masivos de temperatura que ocurren en la Luna.
Un estudio publicado en el Journal of Geophysical Research: Planets reveló que la Luna natural se expande y se contrae debido an un ambiente extremo que predomina en la Luna, con temperaturas que van desde -133 grados Celsius en la oscuridad hasta 121 grados Celsius bajo la luz del sol.
Los especialistas también escucharon suaves temblores desde un módulo de aterrizaje lunar del Apolo 17. Sin embargo, estos "lunamotos" no representan ningún peligro y probablemente serían imperceptibles para los humanos en la superficie de la luna.
Cada misión Apolo llevó instrumentos para detectar terremotos a la Luna, pero la misión Apolo 17, que comenzó en 1972, dejó varios sismómetros capaces de detectar terremotos térmicos lunares o temblores causados por el calentamiento y enfriamiento extremos de la superficie lunar.
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