El Secretario General de la ONU, António Guterres, lanzó un fuerte llamado a los líderes mundiales este miércoles durante la cumbre que se realiza en Nueva York.
Advirtió que "abrimos las puertas del infierno", estamos provocando un desastre con la crisis climática causada por la acción humana, y que si no hacemos algo drástico, estamos dirigiéndonos a un futuro incierto.
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Guterres pintó un sombrío panorama: incendios históricos, inundaciones que arrasan con los cultivos de los agricultores y enfermedades desatadas por el calor asfixiante.
Si no cambiamos nuestro rumbo, el planeta se calentará 2.8 grados Celsius, lo que sería catastrófico.
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Sorprendentemente, China y Estados Unidos, los mayores contaminantes, brillaron por su ausencia en la cumbre.
Para evitar esta catástrofe, António Guterres insistió en la necesidad de abandonar las energías fósiles y ponerle impuestos al carbono.
Fustigó a las empresas que intentan bloquear la transición a una economía libre de emisiones, acusándolas de retrasar el proceso deliberadamente.
El secretario general de la ONU también expresó su solidaridad con los países menos desarrollados, que sufren las peores consecuencias del cambio climático sin haber contribuido significativamente a él.
Por lo que exigió que los países ricos cumplan su compromiso de proporcionar 100 mil millones de dólares al año para ayudar a los países pobres a lidiar con el cambio climático, un acuerdo que se estableció en 2009 pero aún no se ha cumplido.
Guterres concluyó su mensaje diciendo que esta cumbre por sí sola no cambiará el mundo, pero podría ser un poderoso punto de partida para impulsar un cambio real.
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