Cuba continúa sumida en un apagón masivo que afecta a cerca de 10 millones de personas, entrando en su segundo día sin electricidad tras una avería en la principal planta termoeléctrica de la isla. A pesar de los esfuerzos del gobierno por restablecer el servicio, las condiciones siguen siendo críticas.
El Ministerio de Energía y Minas informó que han logrado recuperar parcialmente el sistema con la entrada de 370 megavatios, provenientes de microsistemas, plantas termoeléctricas, centrales flotantes y motores. Sin embargo, esta cantidad es insuficiente frente a los 3 mil 300 megavatios que el país necesita, según las cifras previas al colapso del sistema.
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La termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas, fue la causante de la "desconexión total del sistema eléctrico nacional", dejando sin luz a gran parte del país desde las 11:00 horas del viernes. Aunque algunos centros vitales, como hospitales y hoteles, cuentan con generadores propios, la mayoría de la población sigue sin electricidad.
Impacto en la vida cotidiana
La falta de electricidad afecta profundamente a los cubanos, quienes deben lidiar con el calor sin ventiladores y la escasez de agua debido a la falta de funcionamiento de los motores. "Es imposible dormir con tanto calor y sin ventiladores", comentó Isabel Rodríguez, de 72 años, quien también señaló que no puede encender los motores para el agua.
El apagón ha generado caos en el transporte público, como indicó Rafael Carrillo, un mecánico de 41 años: "He caminado casi cinco kilómetros porque no hay guaguas, y las que pasan, no paran".
Problemas estructurales y solución a largo plazo
La crisis energética en Cuba es resultado de un sistema eléctrico obsoleto, dependiente de ocho termoeléctricas desgastadas y grupos electrógenos que requieren combustible. Según el presidente Miguel Díaz-Canel, el embargo de Estados Unidos dificulta la compra de los insumos necesarios, agravando la situación.
A corto plazo, el gobierno promete no descansar hasta restablecer el servicio completamente. Sin embargo, la falta de soluciones a largo plazo preocupa a la población, ya que los apagones crónicos continúan afectando a Cuba en medio de su peor crisis económica en tres décadas.
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