Cada Fin de Año, el mundo entero se convierte en un mosaico de celebraciones mientras la gente da la bienvenida al Año Nuevo. Aunque ciudades icónicas como Nueva York, París o Sídney suelen acaparar la atención, hay dos lugares remotos que marcan el principio y el final del ciclo anual.
¿Cuál es el primer país que recibirá el 2025?
Estratégicamente ubicado cerca de la Línea Internacional de Cambio de Fecha, Kiribati tiene el huso horario más adelantado del mundo, UTC+14, lo que le permite ser el primer país en entrar en un nuevo año. Sus islas más orientales, como Kiritimati (Isla de Navidad), son las primeras en recibir el Año Nuevo gracias a su posición geográfica.
Esta ventaja peculiar no siempre fue evidente. Antes de 1995, la Línea Internacional de Cambio de Fecha atravesaba Kiribati, causando una diferencia de más de 24 horas entre algunas de sus islas. Para simplificar la administración y las celebraciones, el país decidió unificar su huso horario, consolidando así su posición como el primer lugar en celebrar el Año Nuevo.
¿Cuál es el último que recibirá el 2025?
En el extremo opuesto del planeta, la isla Howland, un pequeño territorio deshabitado administrado por Estados Unidos, será el último lugar en despedir el 2024. Situada en el Pacífico y operando bajo el huso horario UTC-12, la isla tiene una diferencia de más de un día con Kiribati.
A pesar de su singularidad como el último lugar en cambiar de año, la falta de población en Howland significa que el evento pasa sin festejos ni luces, en un contraste silencioso con la celebración en Kiribati.
Un contraste de celebración y silencio
Mientras Kiribati se llena de alegría, fuegos artificiales y tradiciones culturales para recibir el Año Nuevo, en Howland el cambio es casi imperceptible, limitado al movimiento del reloj en esta isla remota y vacía. Este contraste resalta la diversidad del mundo y cómo cada rincón del planeta vive de manera distinta este momento universal.
Entre la tradición y la geografía
Kiribati, además de ser conocido por su posición privilegiada en el calendario, es un país con una rica herencia cultural y natural. Su vasto territorio marítimo, la biodiversidad de Kiritimati y la calidez de su población lo convierten en un símbolo de renovación y optimismo.
Por otro lado, Howland, aunque deshabitada, sirve como recordatorio de la inmensidad del planeta y de cómo el tiempo se percibe de maneras muy diferentes según dónde te encuentres.
Conclusión
Así, mientras millones de personas en el mundo esperan ansiosamente la llegada del 2025, Kiribati ya estará celebrando el inicio del nuevo año, marcando el primer paso en este ciclo global. Horas después, el silencio de Howland cerrará oficialmente el capítulo del 2024, recordándonos la fascinante diversidad del mundo y la conexión que nos une a través del tiempo.
JGH