El viernes 15 de marzo de 2024, un sombrío capítulo se añadió a la crónica del conflicto en Ucrania, cuando un ataque atribuido a fuerzas rusas devastó una comunidad residencial en Odesa, resultando en la muerte de al menos 14 personas y heridas a otras 46.
Las autoridades ucranianas, consternadas, han comunicado estos dolorosos números, subrayando la severidad del impacto en la población civil.
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Dentro del conteo de las víctimas mortales se incluyen un paramédico y un trabajador de servicios de emergencia, quienes trágicamente fallecieron durante una segunda detonación mientras ejecutaban labores de rescate y asistencia a los afectados por el primer ataque.
Oleg Kiper, líder de la Administración Militar de Odesa, compartió detalles a través de su perfil en Telegram, señalando que entre los lesionados se encuentran 7 miembros del personal de emergencia, víctimas de la secuela explosiva que siguió al ataque inicial.
Este incidente, que las primeras investigaciones sugieren fue ejecutado mediante el lanzamiento de misiles, está siendo examinado por la fiscalía ucraniana bajo la grave acusación de crimen de guerra.
Este evento marca uno de los ataques más letales contra Odesa por parte de Rusia y coincide de manera ominosa con el inicio del periodo de votaciones de las elecciones presidenciales rusas.
Estas elecciones, que se desarrollarán desde el día de hoy hasta el domingo, también se llevan a cabo en territorios actualmente ocupados por la Federación Rusa en Ucrania, añadiendo una capa más de complejidad y tensión al ya de por sí cargado ambiente geopolítico de la región.
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