Este lunes, 1 de abril de 2024, marcó el sombrío final de la operación de rescate para 13 mineros atrapados bajo tierra, después de un devastador derrumbe en una de las minas de oro más prominentes de Rusia, situada en la región de Amur, Extremo Oriente del país.
Las esperanzas de encontrar a los mineros con vida se desvanecieron tras más de dos semanas de intensa búsqueda y rescate a 125 metros de profundidad.
Desde el inicio de las operaciones de rescate, se enfrentaron a enormes desafíos, incluido el descubrimiento de que las cavernas potenciales de refugio se encontraban inundadas.
Este hallazgo inicial alimentó los temores de que los trabajadores hubieran perecido durante el trágico suceso.
Pokrovski Rudnik, la empresa a cargo del yacimiento, anunció la conclusión de la misión, citando los peligros extremos que implicaban las condiciones actuales.
"Los esfuerzos de perforación revelaron que las galerías que podrían haber albergado a los mineros están obstruidas por escombros rocosos y agua, lo que pone en grave riesgo tanto a los equipos de rescate como a los mineros involucrados en la operación", indicó la empresa.
Este yacimiento de oro no solo figura entre los más grandes del mundo sino que también representa una de las fuentes de oro más significativas para Rusia.
Sin embargo, el país es testigo frecuente de accidentes mineros, atribuidos en gran medida a estándares de seguridad deficientes, corrupción, equipos obsoletos y una supervisión inadecuada para el cumplimiento de las normativas vigentes.
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