En medio de crecientes tensiones con Occidente por la invasión de Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió el 9 de mayo de 2024 que las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia están constantemente listas para el combate.
La declaración se produjo durante el desfile conmemorativo del Día de la Victoria en la Plaza Roja, que recuerda la derrota nazi en 1945 y en el que participaron más de 9 il soldados, junto con vehículos blindados, lanzamisiles y aviones.
Putin se dirigió a los asistentes con una declaración firme: "Rusia hará todo lo posible para evitar un enfrentamiento global, pero no permitiremos que nadie nos amenace. Nuestras fuerzas estratégicas (nucleares) están siempre en alerta".
Su discurso se centró en una advertencia contra cualquier intento de desestabilizar la soberanía rusa, reforzando la postura de Rusia como potencia militar.
En una clara señal de la creciente tensión entre Rusia y Occidente, Putin había ordenado recientemente la realización de ejercicios tácticos nucleares, con tropas estacionadas cerca de Ucrania.
Esta respuesta se dio, según el Kremlin, como un contrataque a las "amenazas" percibidas por parte de los países occidentales.
Durante su discurso, Putin acusó a las naciones occidentales de intentar "olvidar las lecciones de la Segunda Guerra Mundial" y subrayó la firme oposición de Rusia a cualquier forma de hegemonía o "pretensión de exclusividad" por parte de cualquier país o alianza.
El presidente enfatizó el rol de Rusia como contrapeso a la influencia anglosajona.
Vladimir Putin ha invocado en múltiples ocasiones la memoria de la Segunda Guerra Mundial, en la que la Unión Soviética sufrió la pérdida de 27 millones de personas, para reforzar su liderazgo.
Se ha presentado como el heredero de la Unión Soviética, utilizando esta narrativa para legitimar su autoridad y la posición geopolítica de Rusia.
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