En un trágico evento, un grupo armado atacó una boda en el centro de Mali, matando al menos a 21 personas, informaron residentes el miércoles. Este ataque se produce en un momento en que los gobernantes militares de la nación africana luchan por controlar la creciente violencia de los extremistas.
Los atacantes llegaron en motocicletas a la aldea de Djiguibombo, en el pueblo de Bandiagara, el lunes mientras se celebraba la boda, según Bakary Guindo, presidente del grupo juvenil local. "La mayoría de las víctimas fueron degolladas", dijo Guindo.
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Otro residente, Hamidou Saye, mencionó que los atacantes rodearon a la gran cantidad de asistentes al evento. Hasta el momento, ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque, pero el patrón coincide con el modus operandi de JNIM, un grupo extremista vinculado con Al Qaeda que opera en la región.
Desde 2012, varias comunidades del centro y norte de Mali han sufrido violencia constante. Los rebeldes extremistas fueron expulsados de ciudades norteñas al año siguiente con la ayuda de tropas francesas, que recientemente fueron retiradas del país. Sin embargo, los extremistas se han reorganizado y continúan lanzando ataques contra aldeas remotas y fuerzas de seguridad.
Casi cuatro años después de tomar el poder y tras la salida de las fuerzas de paz extranjeras, los gobernantes de Mali han tenido poco éxito en contener la violencia. Además, un acuerdo de paz con los rebeldes de la etnia tuareg firmado en 2015 ha colapsado, lo que ha agravado la crisis de seguridad en la región.
La situación en Mali sigue siendo extremadamente volátil, con ataques cada vez más frecuentes y mortales. Las autoridades enfrentan el desafío de restaurar la paz y la estabilidad en un país donde la violencia extremista amenaza la vida de sus ciudadanos diariamente.
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