El presidente de Kenia, William Ruto, anunció este miércoles su decisión de no firmar el controvertido proyecto de ley de finanzas de 2024, que contemplaba aumentos en los impuestos y que había provocado violentas protestas en el país.
Las manifestaciones, que estallaron el martes, resultaron en al menos 23 muertos y el asalto al Parlamento por parte de los manifestantes.
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Durante una rueda de prensa celebrada en la State House, la sede de la Presidencia en Nairobi, Ruto comunicó su decisión de retirar el proyecto de ley.
"Tras escuchar atentamente al pueblo de Kenia (...), desisto y no firmaré el proyecto de ley de finanzas de 2024, que por lo tanto será retirado", declaró el mandatario, enfatizando que "el pueblo ha hablado".
El proyecto de ley había sido aprobado por la Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento de Kenia, con una mayoría significativa: 195 votos a favor y 106 en contra.
Sin embargo, la aprobación legislativa no logró calmar la ira popular. Desde el inicio de las manifestaciones, el gobierno había desplegado al ejército para contener la situación, y el propio presidente Ruto había prometido reprimir "la violencia y la anarquía", medidas que no evitaron los saqueos y disturbios en varias ciudades del país.
Movimiento "Occupy parliament"
La decisión de Ruto también se alinea con las demandas del movimiento "Occupy Parliament" ("Ocupar el Parlamento"), que había surgido en redes sociales y exigía la eliminación total del texto.
Este movimiento, reflejando un amplio descontento ciudadano, jugó un papel crucial en la presión ejercida sobre el gobierno.
El rechazo del presidente Ruto a la ley de impuestos de 2024 representa un momento clave en la política keniana.
En la arena internacional, la decisión ha sido observada de cerca por gobiernos y organizaciones que monitorean la estabilidad política y económica de Kenia, un país clave en la región de África Oriental.
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