TORREON, Coahuila/CIUDAD DE MEXICO, 20 de noviembre (Vanguardia/SinEmbargo).- Al irrumpir como un brazo armado del Cartel del Golfo, Los Zetas exclusivamente estaban conformados por ex militares, pero al terminar su sociedad integraron al grupo delictivo a personas dedicadas a diferentes actividades.
Documentos de inteligencia detectaron que entre las células de la organización criminal sobresalía una donde sus participantes eran exclusivamente mujeres.
El grupo recibió el nombre de “Las Panteras” y varias de sus integrantes se encargaron de labores como corromper autoridades e incluso activamente en acciones como la matanza de San Fernando.
Las autoridades definieron el perfil de las afiliadas a la célula: las preferían jóvenes (18 a 30 años), venían de familias de escasos recursos y sus estudios máximos son de secundaria.
A las mujeres que invitaban a integrar a “Las Panteras” se les adiestraba en el uso de armas y hacen trabajo de publirrelacionistas.
Nombres como Adriana Guadalupe Medina Galván; María de los Ángeles Ponce Razo; Alicia Tapia Corral; Juana Flores Mendoza; Jovana Susana Cruz; Yesenia Yanet López Romero; Claudia Valeria Fuentes Martínez, “La Popis”; Julieta Maricela Almaguer Reyes y Fabiola Saray Díaz Arroyo, alias “La Muñeca”, fueron relacionados con las narco-fosas en Tamaulipas.
Todas ellas fueron detenidas y otras como Mayra Esther Ramos Cortés; Ana Janete Reyes Martínez; Adriana Chávez Salazar; Elena Enríquez Escandón; Yudith Adela Ochoa Marmolejo; Dinora Miriam Pérez Alvarado, alias “La Marrana”; Guadalupe Hernández Ibarra y María Guadalupe Galván Hernández, fueron capturadas por el Ejército por presuntamente participar en operaciones del Cartel e incluso ser responsables de plazas en los Estados de Guanajuato, Hidalgo y Puebla.
El éxito de “Las Panteras” llegaba cuando sus jefes les encargaban ser escoltas de los principales capos del Cartel del Golfo.