Dice Gómez Urrutia
CIUDAD DE MEXICO, 11 de enero (La Política Online).- El pasado fin de semana, en una cena en el club de industriales de Monterrey, sobre el cerro con vista a San Pedro Garza García, Napoleón Gómez Urrutia se congratulaba con una novedad relativamente reciente: hace un mes y medio que Germán Larrea Mota, su adversario y mandamás del Grupo México, se fue del país por tiempo indefinido.
El sindicalista asegura que el magnate está refugiado en un penthouse en Chicago cuyo valor ascendería a los 5 millones de dólares. Dice conocer además que ya “está agotado”.
Es entendible: el líder minero Gómez Urrutia pasó de exiliarse en Canadá y ser duramente señalado, a un regreso triunfal ya como senador moreno y en una posición de centralidad absoluta en la Cámara. Y ahora es Larrea, en tanto, quien opta por dejar el país e instalarse en la ciudad de los vientos, donde además tiene familia.
Ya desde el primero de julio Gómez Urrutia movió sus fichas. Activó un proyecto de ley minera que golpea con fuerza a Grupo México, como reveló LPO, inició los cabildeos necesarios para que los directivos de la empresa deban responder penalmente por desastres ecológicos en las minas del conglomerado y, con golpe final, promovió una alianza entre Carlos Slim y la minera canadiense Goldencorp para ir tras el negocio de Larrea.
El día que se anunció el proyecto de la nueva ley minera, el pasado 20 de noviembre, en una sola jornada Grupo México y Peñoles perdieron 504 millones de dólares de capitalización según registros bursátiles. El principal cambio que propone esta norma es que la Secretaría de Economía podría declarar grandes extensiones de tierra como inviables para la actividad minera.
El complejo escenario bursátil, sumado al riesgo de una persecución judicial, habría empujado a Larrea fuera del país.