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Carga explosiva podía derribar edificio de 5 pisos

BOGOTA, Colombia, 17 de enero (EL TIEMPO DE COLOMBIA).- Los primeros análisis de expertos que adelantan la investigación del atentado con carro bomba ocurrido este jueves en Bogotá indican que el vehículo estaba cargado con 80 kilos de pentolita.

Este es un químico altamente explosivo frecuentemente usado en otros atentados terroristas. Vilma Pinzón Fajardo, directora del programa de química farmacéutica de la Universidad El Bosque de Bogotá indica que la pentolita es un explosivo que está compuesto de otros dos, el tetranitrato de pentaeritritol, también conocido como PETN y trinitrotolueno o TNT.

“Normalmente el PETN está presente en un 55 o 60 % de la mezcla, mientras el TNT lo están en un 40 a 45 %”, afirma Pinzón, quien agrega que aunque la pentolita es una mezcla estable también es muy sensible para la explotación.

“Puede explotar bajo el agua, se puede activar por impacto, por fricción o por calor y en algunos casos puede hacerse por iniciadores como detonantes eléctricos”, explica.

Las autoridades aún no han establecido cuál fue la causa de la detonación, si fue el impacto del auto contra el poste o si se hizo de manera remota.

Según Pinzón, la pentolita tiene una velocidad de detonación de unos 7.450 metros por segundo. Eso quiere decir que la onda explosiva puede recorrer 7 kilómetros en un segundo, razón por la que su poder de destrucción es muy alto, tal como se ha visto en las imágenes del atentado que cobró la vida de 21 personas. “Por los 80 kilos que fueron utilizados se puede derribar un edificio de cuatro o cinco pisos. La energía y el poder detonante es muy grande”, indicó Pinzón.

La pentolita se usa, de acuerdo con la explicación de Pinzón, para minería a cielo abierto, subterránea y subacuática (es resistente a la humedad), también para canteras, obras civiles y como explosivo militar para fabricación de torpedos y cargas dirigidas.

Los explosivos como este son controlados en Colombia por Indumil, la empresa estatal colombiana fabricantes de armas, munición y explosivos. Si no se tiene autorización no es posible conseguir este tipo de químicos. Sin embargo, argumenta Pinzón, negocios como la minería ilegal podría propiciar una red clandestina de venta de estos explosivos.

Las autoridades ya establecieron que José Aldemar Rojas Rodríguez, de 56 años, es el autor material del atentado.

Cuando llegó sobre las 9:30 de la mañana a la Escuela de Policía General Santander, un perro antiexplosivos detectó el peligro y los policías de la guardia intentaron detener al terrorista.

Sin embargo, este aceleró la camioneta, una Nissan Patrol modelo 93 de placa LAF 565 y avanzó a toda velocidad durante poco más de 200 metros. En ese punto, cuando pasaba cerca del alojamiento de las mujeres en la escuela, el vehículo estalló.

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