Serán distribuidos en más de 27 mil tiendas comunitarias
CEDRAL, San Luis Potosí, 29 de enero (Gobierno de México).- Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria en las comunidades marginadas del país, a partir de este día la Canasta Básica de venta en las tiendas comunitarias Diconsa crece a 40 productos con la incorporación de 17 nuevas mercancías que cubrirán las necesidades nutricionales básicas.
“Este programa consiste en ofrecer una canasta de alimentos básicos a precios bajos para que la gente pobre pueda comprar estos productos y nadie en México padezca de hambre, de desnutrición. Este es un programa muy humano para que podamos combatir el hambre que se combata la desnutrición y no se padezca de la injusticia de no tener lo más elemental, lo básico, que es la comida”, subrayó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Más de 27 mil tiendas comunitarias y 300 tiendas móviles ubicadas en zonas de difícil acceso, surtirán a un bajo costo: carne de res, carne de puerco y carne de pollo; deshidratados de Jamaica, tamarindo y horchata sin azúcar añadida; complementos alimenticios enriquecidos con vitaminas y minerales; pan, huevo fresco, pescado seco, agua purificada, garbanzos, chícharos, gelatinas, frutas y verduras; cacahuate, ajonjolí, chía y amaranto.
Asimismo, las lecherías Liconsa mantendrán el costo de un peso el litro.
Al presentar este programa de apoyo a comunidades marginadas en Cedral, San Luis Potosí, el presidente destacó que se han unido los almacenes y tiendas Diconsa con las lecherías Liconsa, para dar paso a una empresa con dimensión social: Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
Reiteró que en más de 400 tiendas se establecerán sucursales del Banco del Bienestar, donde los beneficiarios de los diversos Programas de Bienestar podrán cobrar pensiones para adultos mayores y personas con discapacidad; becas de estudiantes de niveles básico, medio y medio superior; Tandas para el Bienestar y los salarios de los aprendices del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
El titular de Segalmex, Ignacio Ovalle Fernández, explicó que con la Canasta Básica se preferirán los productos que se produzcan en cada región, lo cual favorece la economía de las localidades y reduce los costos de traslado.
Otro de los objetivos de la Canasta Básica y la política alimentaria, dijo, es incidir en la salud de las comunidades a través de la prevención, ya que el gobierno invierte grandes cantidades de dinero para atender enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras que derivan de hábitos alimenticios erróneos.
Indicó que el amaranto y la chía –productos de riqueza alimentaria, originarios de México y que se producen en 8 estados– eran parte de la dieta los primeros pobladores del país y que su incorporación a la Canasta Básica “reivindicamos y fortalecemos la antigua tradición de nuestro pueblo, 400 años de olvido terminan hoy”.
El Gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, presentó la nueva canasta básica con la que se apoyará a comunidades marginadas.
“El objetivo de la Canasta Básica es garantizar la seguridad alimentaria de la población más vulnerable del país, facilitando el acceso a víveres variados y suficientes, que cubran las necesidades nutricionales básicas”, señaló la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
“Pasamos de 23 a 40 nuevos productos a precios bajos”, indicó.
Hasta 2018, la canasta básica en comunidades rurales se formaba de 23 productos: chiles jalapeños, chipotle, rajas, leche en polvo, atún, sardina, aceite vegetal, maíz, arroz, frijol, azúcar, harina de maíz, sal de mesa, avena, café soluble, harina de trigo, chocolate en polvo, galletas marías, café soluble, pasta, lentejas, jabón, papel higiénico, pasta de dientes.
Ahora se incluye la gelatina, las frutas deshidratadas, carnes [de res, puerco, pollo], tostadas, pan de caja y dulce, huevo fresco, pescado seco.
También están incluidas las golosinas de amaranto y cacahuate, el puré de tomate, agua purificada, garbanzos, soya, chícharos, pilas, cuadros básicos de frutas y verduras.
El salario mínimo en México es tan bajo, que aún y con el aumento (a 102.68 pesos diarios) anunciado para 2019 seguirá siendo uno de los más precarios de América Latina. Inclusive, la meta prevista para 2024 (176 pesos diarios) será insuficiente para colocar a México a la par que países como Argentina, Chile o Guatemala.
En el último sexenio, el salario mínimo mexicano aumentó en casi 42 por ciento (pasó de 62.33 a 88.36 pesos diarios).
Aunque fue mayor a la inflación promedio (3.98 por ciento) de los últimos seis años, el incremento salarial equivalió a 4.34 pesos más, cada año, según los datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Dicha cantidad no es suficiente, por ejemplo, para comprar un boleto de metro (cinco pesos).
En el resto de los (19) países de Latinoamérica, la variación promedio del salario mínimo fue de 34 por ciento, entre 2012 y 2018.