CIUDAD DE MEXICO, 8 de enero (APRO).- Frente a la incertidumbre que prevalece al interior de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico), a raíz de la política económica y de austeridad impulsada por el actual gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador puso las cartas sobre la mesa ante el gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León.
Durante el lanzamiento del “Programa de impulso al sector financiero” en el Salón de la Tesorería del Palacio Nacional, el mandatario aclaró:
“Respetaremos las decisiones de los organismos autónomos y la división de equilibrio entre los poderes. Nos hemos comprometido a respetar la autonomía del Banco de México, y se va a cumplir. No vamos nosotros a interferir en las decisiones que corresponden al banco central”.
De igual manera, aseguró que buscará el crecimiento económico del país sin comprometer las finanzas públicas, y tampoco aumentará ni creará nuevos impuestos. Los “equilibrios económicos” se mantendrán, soltó.
“En lo que sí compete a nuestras facultades –subrayó—, vamos a tener el compromiso de llevar a cabo una administración equilibrada. Vamos a mantener equilibrios económicos, no vamos a gastar más de lo que tengamos de ingresos. No vamos a seguir endeudando al país. Vamos a buscar que no haya déficit en el manejo de las finanzas públicas”.
En la última Minuta de la Junta de Gobierno del Banxico, algunos integrantes consideraron que la implementación estricta de las metas fiscales constituye un reto, dado lo ambicioso de los nuevos proyectos del gobierno federal y la incertidumbre inherente a los supuestos macroeconómicos utilizados.
De hecho, uno de los miembros destacó que este reto es el de mayor trascendencia para las finanzas públicas en el 2019, en virtud del deterioro de la confianza.