ROMA, Italia, 11 de octubre (Apro).- El arzobispo primado de México, el cardenal Carlos Aguiar Retes, intentó este viernes en Roma hacer escalar la atención sobre la “catástrofe apocalíptica” que se cierne sobre la humanidad si no se toman medidas urgentes para frenar la destrucción del Planeta.
“Como ha dicho el Papa, (hay) una cultura del descarte, del despilfarro, de la acumulación por la acumulación, que no tiene sentido, y nos va a llevar a la catástrofe apocalíptica de terminar con nuestro Planeta”, dijo Aguiar Retes, de 69 años, en un discurso de defensa de la naturaleza y de la armonía entre esta y el progreso, una cuestión de gran actualidad en estos días.
“Es urgente que todos vayamos tomando conciencia, los gobiernos, las instituciones y sociedad en general, especialmente atendiendo a los más necesitados y pobres de la Tierra”, continuó, al margen del Sínodo de obispos sobre Amazonia que seguirá en curso hasta el 27 de octubre, razón por la cual el cardenal mexicano se encuentra en la capital italiana.
Las palabras del purpurado mexicano se situaron así en línea con las posturas del papa argentino, el gran patrocinador de este Sínodo destinado a determinar la línea de la Iglesia sobre la crisis ecológica, social y climática en la región latinoamericana, lo que ha provocado aireadas críticas en particular de uno de los mayores detractores del movimiento ecologista mundial, el gobierno del ultraconservador presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
“La preocupación con el sínodo es real, porque tiene una agenda y algunos asuntos de esa agenda son de interés de seguridad nacional”, llegó a decir el general Augusto Heleno, ministro-jefe del gabinete de Seguridad Institucional (GSI) del gobierno brasileño. “Pensamos que eso es una interferencia en un asunto interno de Brasil”, añadió, en una entrevista de febrero pasado con el diario O Estado de São Paulo.
La panamazonia es una región que comparten nueve países latinoamericanos (además de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Suriname, Guayana y Guayana Francesa) y está habitada por 34 millones de personas, de las cuales más de tres millones son indígenas, pertenecientes a más de 390 grupos étnicos. Y muchos de sus desafíos son compartidos por otros países de la región, como México, y del mundo.
En este sentido, el propio Aguiar Retes, quien participó en la redacción del documento de trabajo previo a la reunión —el llamado Instrumentum Laboris, que fija los temas que se están debatiendo ahora, durante las reuniones diarias—, recordó que la reunión vaticana mantiene dos dimensiones sobre el tema de la defensa del ambiente.
“Una es local, es decir, lo referente a la zona amazónica, y la otra es global, lo referente al tema ecológico del Planeta, de nuestra casa común”, explicó.
“Particularmente en el ‘Instrumentum Laboris’, ante el clamor de la tierra y de los pobres, que son los que más sufren las consecuencias del cambio climático, de esta degradación que ha comenzado en el Planeta, se propone como respuesta la ecología integral”, detalló.
Cambio de estilo de vida
A este propósito, Aguiar Retes puntualizó que una ecología integral implica la indispensable necesidad de que todas las sociedades cambien sus estilos de vida.
“Estamos todavía a tiempo, es muy oportuno y urgente que empecemos con un sentido ecológico, y cambio del estilo de vida, de nuestra cultura, de manera de proceder, y nos necesitamos todos”, añadió.
En este sentido, recordó que Amazonia es un gran pulmón del Planeta, pero que no es el único, sino “la expresión más dramática que nos debe hacer tomar conciencia de que necesitamos cuidar la casa común en todos los continentes y en los océanos”, aseveró.
La intervención de Aguiar Retes coincidió también con los llamamientos de Pedro Brito Guimarâes, archiobispo de Las Palmas (Brasil), Joaquín Pertíñez Fernández, obispo de Rio Branco (Brasil) y la teóloga alemana afincada en Perú Birgit Weiler, quienes denunciaron los estragos de los monocultivos de soja y otros atropellos de las industrias de la alimentación y de la minería en la región.
“Muchas empresas que causan grandes problemas en Latinoamérica son de Canadá, Estados Unidos, y China, aunque ahí es todavía más complicado hacer respetar los derechos humanos”, dijo Weiler quien, por el contrario, puso como ejemplo de buena práctica una ley que se está estudiando en Alemania y que apunta a condenar a las empresas que cometen violaciones también en otros países del mundo.