CIUDAD JUAREZ, Chihuahua, 20 de octubre (AP).- Lizbeth García atendía a su hijo de 3 años afuera de una carpa montada sobre una acera, que es su vivienda temporal mientras aguardan a que las convoquen para solicitar asilo en Estados Unidos.
La mujer de 33 años huyó del estado de Michoacán, en el occidente de México, hace una semana con su esposo y cinco hijos _de 3 a 12 años_ luego de que su marido, chofer de camiones, ya no pudo pagar las cuotas que los grupos delictivos exigían por cada cargamento. La familia decidió que era hora de irse cuando las bandas acudieron a su casa a cobrar.
“Me gustaría decir que no es usual, pero es muy común”, declaró García el jueves pasado en Ciudad Juárez, donde los solicitantes de asilo se reúnen para aguardar su turno de solicitar protección en un cruce fronterizo hacia El Paso, Texas.
Los mexicanos se han convertido en el rostro del asilo en Estados Unidos, al superar en número a los centroamericanos que eran mayoría en la caravana de migrantes del año pasado y que provocaron que los arrestos en la frontera llegaran en mayo a su nivel más alto en 13 años.
Desde entonces las detenciones fronterizas han disminuido a causa de las nuevas políticas de Estados Unidos contra el asilo, pero los mexicanos están excluidos de dichas políticas dado que se trata de un país colindante.
Un principio legal que impide que los países devuelvan a refugiados a países donde probablemente enfrentarán persecución ha exentado a los mexicanos de una política que entró en vigencia en enero para hacer que los solicitantes de asilo aguarden en México mientras las cortes de inmigración de Estados Unidos analizan sus peticiones. También están exentos de una política implementada el mes pasado que niega asilo a cualquiera que viaje por otro país para llegar a la frontera estadounidense sin haberlo solicitado allí primero.
México recuperó en agosto el primer lugar de los países de los cuales proviene más gente que cruza la frontera sin documentos o es detenida en los cruces oficiales, sobrepasando a Honduras, y seguido por Guatemala y El Salvador. Casi todos los cruces sin papeles eran efectuados por mexicanos hasta la última década, cuando más personas de los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica decidieron escapar de la violencia y la pobreza.
Menos mexicanos están cruzando en comparación con las elevadas cifras alcanzadas en mayo, pero la reducción en el número de centroamericanos es mucho más aguda, por lo que los mexicanos son ahora la mayoría, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).