El personal militar, basado en su disciplina y adiestramiento, evitó generar daños colaterales y bajas propias a pesar de ser objeto de diversas emboscadas
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de octubre (SinEmbargo / EL UNIVERSAL).- La puerta se abre. Primero sale una mujer. Luego un joven que anda en la misma edad de Ovidio Guzmán López. Hay gritos.
“¡Tranquilo, tranquilo!”, gritan las fuerzas especiales. “¡Sal, sal, Ovidio! ¡Tranquilo, Ovidio. Muéstranos las manos, hermano!”.
Es el jueves 17 de octubre de 2019, un día histórico en la guerra contra las drogas en México. Es el día en el que el Presidente Andrés Manuel López Obrador decide liberar al hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, para evitar un baño de sangre. Las fuerzas federales pretendían detenerlo. Lo hacen, brevemente. Pero luego lo sueltan, cuando las fuerzas del crimen organizado movilizan su propio ejército y toman las calles de Culiacán, Sinaloa.
El video fue mostrado al país entero esta mañana por el General Secretario Luis Cresencio Sandoval durante la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ovidio Guzmán López, nacido en 1991, es conocido como “El Ratón” o “El Nuevo Ratón”. De acuerdo con las autoridades, creció dentro del Cártel de Sinaloa con el arresto de su padre, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Tiene dos medios hermanos: Iván Archivaldo Guzmán y Jesús Alfredo Guzmán. El jefe del cártel, actualmente, es Ismael “El Mayo” Zambada García. Estados Unidos ha solicitado su arresto y extradición.
El video presentado hoy empieza en el estacionamiento de la casa de Ovidio Guzmán López. Se escuchan en el fondo disparos. Luego se abre la puerta. Empieza el forcejeo. Gritos. Intentan tranquilizar a todos los que se asoman por la puerta. El presunto narcotraficante está armado y entrega el arma a uno de los suyos, que también es detenido.
–¡Él no tiene nada que ver, oiga! –dice Ovidio. El joven que está con él, el que sale poco después de la mujer, es detenido también.
–¡Dile a tu gente que pare todo! –le pide un agente.
El hijo de “El Chapo” toma el celular, se para junto a una pared blanca que es donde se toman las fotos que son conocidas.
–¡Ya paren todo, ya paren todo, ya ni modo, ya me entregué. Ya que se retiren. Dígales que se retiren. Ya no quiero que haya desmadre.
–¡hey, Ovidio, páralos! –pide un elemento de las fuerzas de seguridad.
–¡Ya no quiero que haya desmadre por favor! –grita Ovidio por teléfono.
Pero los disparos siguen.
Cuando los uniformados abren la puerta, la primera en salir es una mujer.
“No somos delincuentes señora”, le dice un elemento castrense a la mujer, presunta pareja de Ovidio Guzmán López, quien junto con su hermano Iván Archivaldo, encabezan el cártel de Sinaloa, tras la extradición de su padre, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Ovidio sale con las manos en alto y se quita una gorra de la cabeza. La mujer, tensa, intenta que los elementos de seguridad no le disparen al líder del cártel de Sinaloa, aunque los soldados le repetían que no lo harían.
Los soldados piden a Ovidio Guzmán que se hinque con las manos, pero luego él realiza la llamada con la que solicita que paren el fuego.
La relatoría completa
¿Cuál es el resumen de las afectaciones?
Fallecidos: tenemos ocho, un civil, un agente de la Guardia Nacional, un interno del penal y cinco agresores.
Los heridos: aquí tenemos un oficial de la Guardia Nacional, ocho agentes de la Guardia Nacional, siete soldados, un policía estatal, dos policías municipales, de aquí de los soldados uno de ellos es el que pierde la pierna, se la tuvieron que amputar.
Las retenciones por la delincuencia: dos oficiales, nueve de tropa, que fueron liberados posteriormente en diferentes puntos de la ciudad y de las carreteras.
Los derechohabientes y militares: teníamos ahí 20 entre militares y derechohabientes que estaban en la unidad habitacional en ese momento, cuatro vehículos particulares, que fueron impactados por armas de fuego y cuatro domicilios en los que entraron los delincuentes.
El armamento, material y equipo dañado, vehículos 16 con impactos de bala, aeronaves una, 16 armas largas y dos armas cortas que también nos quitaron, pero se recuperaron posteriormente las armas largas, nada más están pendientes las dos armas cortas o siguen extraviadas; y el equipo de radio Harris también no lo hemos recuperado.
Ese es el resumen de las afectaciones de estas operaciones.
A continuación, les voy a hacer mención de lo que sacamos como conclusiones de estas acciones.
Primero, desde el abril del 2018 existe en los Estados Unidos una orden de aprehensión.
Número dos, la orden de detención provisional con fines de extradición motivada por petición de Estados Unidos y fundada en el tratado de extradición México-Estados Unidos que como ya mencioné es desde 1978 y sigue vigente.
Tercero, la Fiscalía de acuerdo con el Código Nacional de Procedimientos Penales solicita la orden de cateo, en cumplimiento a la orden de detención con fines de extradición expedida por un juez federal del Estado de México.
La operación para la detención fue planeada considerando las siguientes etapas:
La ubicación, la fijación y el aislamiento del presunto delincuente para evitar apoyo del grupo delictivo.
El establecimiento de dos círculos de seguridad que ya lo mencioné, uno por la propia fuerza y el otro por las unidades aproximadamente 120 elementos que estaban cubriendo el círculo exterior que no pudieron llegar a su lugar designado y esto es como ya vimos, es por las agresiones que se presentan el movimiento para cubrir el punto.
El éxito de la operación se fundó en una rápida evacuación del presunto delincuente hacia el aeropuerto a través de una ruta terrestre que ya la observamos; sin embargo, la rápida reacción de los delincuentes, las agresiones hacia el personal militar y sus familias, la intención del grupo criminal de causar daños en la población, el riesgo de pérdida de vidas al generalizarse las agresiones, la falta de orden de cateo se tradujo en la decisión de retirar las fuerzas sin el presunto delincuente y sin culminar obviamente el proceso de detención.
Las acciones violentas de la delincuencia organizada se enfocaron hacia lo que fue fuerzas militares que acudían al área del objetivo, personal militar en servicios aislados y en periodos de descanso, en bases de operaciones con posibilidad de apoyar a la fuerza que estaba siendo agredida, a las familias del personal militar, emisión de mensajes amenazando con agredir directamente a la ciudadanía, amenazas de agresiones en Sonora, Chihuahua y Durango.
La actuación de la delincuencia organizada, ¿por qué se caracterizó?
Primero, por una convocatoria de grupos delincuenciales del estado de Sinaloa, ofreciendo recursos a quien se uniera a atacar a las fuerzas federales.
El empleo de técnicas militares, armamento automático y antiaéreo, como son el AK-47, el R-15, lanzacohetes, lanzagranadas 40 milímetros, ametralladoras y fúsiles calibre 50, que estos son antiaéreos y obviamente también en contra del blindaje, chalecos y casos tácticos, así como placas balísticas, empleo de vehículos con blindaje de fábrica y artesanal, camionetas de redilas, volteos, robo de vehículos en la vía pública para evitar ser referidos y confundirse entre la población, integrantes de los grupos delincuenciales drogados durante los hechos generadores de violencia, uso intensivo de radios análogos y digitales, dificultando la intercepción de la comunicaciones.
El retiro de sus bajas de los puntos donde se realizaron las diferentes agresiones, el intento de soborno al comandante de la fuerza de intervención por tres millones de dólares; al no aceptar, fue amenazado de muerte, tanto él como su familia.
El personal militar, basado en su disciplina y adiestramiento, evitó generar daños colaterales y bajas propias a pesar de ser objeto de diversas emboscadas.
Existió coordinación y apoyo de fuerzas estatales y municipales. En el área del objetivo se actuó con apego a derecho, toda vez que el personal de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa retuvieron transitoriamente al presupuesto delincuente al salir de su domicilio; sin embargo, nunca estuvo a disposición de alguna autoridad judicial o ministerial.
Sin embargo, también para deslindar responsabilidades hacia las instancias y personal militar, se designó un equipo multidisciplinario de la Fiscalía militar para que se trasladara a la plaza de Culiacán e iniciara las carpetas de investigación para determinar si se infringió o no la disciplina militar. Esto ya está en curso.
Muchas gracias.