CIUDAD DE MÉXICO, octubre 4 (EL UNIVERSAL).- A la par de su ejercicio como funcionario, Eduardo Medina Mora también fue construyendo una faceta como empresario.
A través de negocios relacionados con la industria de productos químicos, la actividad agrícola y forestal, así como la incursión en el ramo de la informática, el aún ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) era accionista y miembro del consejo de administración en cuando menos tres sociedades mercantiles.
Promotora Agroindustrial y Florícola, S.A., de C.V., y Polímeros Aztlán, S.A., de C.V., son dos de los negocios establecidos en el estado de Querétaro en la que Medina Mora aparece como socio fundador, mientras que en Compusoluciones, S.A., de C.V., inscrita en el registro público de Jalisco, forma parte de los directivos.
En junio pasado, el columnista de EL UNIVERSAL Salvador García Soto dio a conocer que el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cuenta con varios negocios establecidos entre socios y familiares, mismos que habrían sido utilizados como puente para recibir transferencias millonarias desde el extranjero.
El Gran Diario de México tuvo acceso a los registros públicos de comercio de las tres sociedades mercantiles señaladas en la columna del periodista, que revelan que el exprocurador General de la República es accionista y directivo.
Rol como director jurídico. Compusoluciones, S.A., de C.V., fue fundada por el hermano del ministro, José Medina Mora, y sus socios, Raúl Medina Mora Martín del Campo, Fernando Contreras Villaseñor, Eduardo Contreras Reyna, José Ignacio Contreras Montemayor Juárez Badillo.
La empresa tenía el nombre Consultores en Informática y Computación, S.A., de C.V., mediante el número de escritura 30938, otorgada el 25 de junio de 1985 por el licenciado Jaime Martínez Gallardo, notario público 24 de municipalidad de Guadalajara.
Su propósito era elaborar, adaptar, traducir y representar por cualquier medio, por cuenta propia o ajena, toda clase de obras científicas, técnicas, artísticas, literarias y, en especial, programas y sistemas en el ramo de la informática y para el uso de equipos electrónicos de computación y comunicaciones.
En 2001, mediante la escritura 149301 del 30 de marzo de 1992, a Eduardo Medina Mora se le otorgan poderes generales para administrar bienes, entablar pleitos y cobranzas, suscribir títulos de crédito, actos de administración en materia laboral, además de la posibilidad de otorgar y revocar facultades a otros miembros del Consejo.
En una carta enviada a EL UNIVERSAL el pasado 5 de junio, el ministro explicó: [La empresa Compusoluciones y Asociados, S.A., de C.V.] es una empresa familiar en la que mi difunta esposa era accionista y como tal recibió dividendos y realizó transmisión de acciones, cuestiones que fueron debidamente documentadas y reportadas a las autoridades fiscales e incluidas en sus declaraciones como contribuyente.
En la revisión se constató que la empresa cuenta con decenas de movimientos ante el Registro Público de Comercio del Estado de Jalisco, el último, fechado el 12 de febrero de 2017 —trámite que permite dar a conocer a la autoridad los cambios oficiales que sean dado en la empresa—, y no hay un sólo documento que manifieste expresamente que la cancelación de poderes como director jurídico de Eduardo Medina Mora.