México

'Volver, volver”

GUADALAJARA, Jalisco, 6 de octubre (El Occidental /SinEmbargo/Efe).- Con gritos, porras y con mariachis que lo recibieron interpretando sus canciones, el “Charro de Huentitán “, Vicente Fernández, emocionado develó su estatua en Plaza de los Mariachis que en honor a sus 50 años de trayectoria le rinde homenaje el Gobierno de Guadalajara, encabezado por el alcalde Ismael del Toro. Enseguida se dirigió a la Explanada del Instituto Cultural Cabañas donde cantó en agradecimiento ante decenas de miles de personas, acompañado de cinco mariachis.

Esta hazaña es un hecho histórico, porque desde un “Azteca en el Azteca” (abril del 2016), el cantante de 79 años no había vuelto a presentarse en vivo.

En medio de la muchedumbre que no permitía que pasara el carrito de golf en el que arribó a la Plaza, ya que lo quería tocar, saludarlo, le gritaban “Chente, Chente te queremos, canta una canción”. Llegó acompañado de sus hijos Gerardo y Vicente Fernández Junior y sus nietos Ramón y Vicente.

La estatua que dijo el cantante es una “estatua bastante bien charra”, es la figura de “Vicente Fernández montando a caballo”, con un peso de 800 kilogramos y tuvo un costo de 2.6 millones de pesos y su autor es Jorge Frausto Arias. La escultura está hecha en bronce de silicio con una altura de 2.70 metros de alto.

En la Plaza de los Mariachis cantó “Mujeres Divinas” ante la petición de que cantara, “para que no digan que me aprieto les voy a cantar una”. De ahí los invitó a que pasaran a la explanada del Hospicio Cabañas para escuchar su repertorio.

Con una explanada a reventar que Protección Civil al filo de las 18:30 horas informó eran más de 65 mil personas, el “Charro de Huentitán” deleitó con sus canciones, había adelantado que dejaría de cantar hasta que la gente quisiera, su potente voz se escuchaba hasta el mercado de san Juan de Dios.

El cantante de música mexicana Vicente Fernández, de 79 años, volvió por unas horas a los escenarios este domingo al ofrecer un concierto gratuito en agradecimiento al homenaje que le rindieron el ayuntamiento de Guadalajara y el gobierno del estado de Jalisco, en el que nació.

Fernández, uno de los intérpretes más populares de México, deleitó con su voz a los 65 mil admiradores que abarrotaron la explanada del Instituto Cabañas, uno de los edificios icónicos de la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, oeste de México.

Con “Mujeres divinas” el intérprete abrió el recital vestido con un traje de charro y acompañado de cinco mariachis que siguieron su voz casi inacabada, pese a su edad y después de tres años de retiro voluntario de los escenarios musicales.

“Ojalá que te vaya bonito”, “Si acaso vuelves otra vez”, “Estos celos”, “Por tu maldito amor”, y “Me voy a quitar de en medio”, fueron parte del repertorio que el cantante preparó para esta ocasión especial en la que estuvo acompañado de algunos de sus nietos y de su hijo Vicente Fernández Jr.

Con las canciones “El rey” y “Volver, volver” los asistentes se entregaron a Fernández, quien prometió cantarles hasta que la garganta se lo permitiera.

Unas horas antes, el llamado “charro de Huentitán” fue homenajeado por el ayuntamiento de Guadalajara con la develación de una estatua con su figura que estará en la histórica Plaza de los Mariachis, donde inició su carrera.

Cientos de personas lo recibieron con aplausos, además de gritarle que interpretara una canción, a lo que Fernández accedió y entonó un fragmento de “Mujeres divinas”.

El intérprete de “Acá entre nos” aprovechó la ceremonia para recordar a su amigo, el recién fallecido cantante José José, con quien contó que compartió el escenario en diversas ocasiones y pidió un minuto de aplausos en su memoria.

Fernández lamentó los problemas familiares que han empañado los servicios fúnebres del “Príncipe de la canción” y el homenaje que el pueblo mexicano quiere hacerle en su país.

“No es el momento, pero no se me olvida las veces que cantamos juntos en giras en Estados Unidos, con el Príncipe de la canción, mi gran amigo, que ha sufrido más ahora que en vida, con lo que está pasando” señaló.

La estatua fue realizada en bronce y muestra a Fernández vestido de charro y montando un caballo, una escena recurrente en sus películas y en su rancho ubicado en el municipio de Tlajomulco.

Pidió perdón a la comunidad LGTB por sus manifestaciones en contra de los homosexuales, “yo lo dije de manera inconsciente. Tengo muchos amigos gays al fin y al cabo todos somos iguales unos nacen y otros se hacen y por eso pido perdón delante de la gente, no detrás de una cámara para que no vendan la exclusiva”. Se refirió a la señora que lo criticó por su comentario también.