CIUDAD DE MEXICO, 16 de diciembre (Contralínea).- En México, lesionar a mujeres con ácido no es delito a pesar de las graves secuelas que padecen, de por vida, las sobrevivientes.
Tres meses después de que María Elena Ruiz Ortiz sufriera un ataque de este tipo en Huajuapan de León, Oaxaca, la joven saxofonista fue trasladada de urgencia –el pasado 12 de diciembre– al Hospital Nacional de Rehabilitación para Quemados (ubicado en la Ciudad de México).
Sometida ya a varias cirugías, María Elena presenta graves heridas en todo su cuerpo. Éste es el caso más reciente del que se tiene noticia, pero no todos los atentados se vuelven mediáticos y, al no existir estadísticas oficiales, es difícil saber cuántas mujeres han sido víctimas en el país.
En búsqueda de justicia, 10 sobrevivientes luchan porque estas agresiones se tipifiquen en la Ciudad de México, como un primer paso para enfrentar y castigar este tipo de violencia de género. La mayoría de ellas han decidido permanecer en el anonimato por miedo, pero han trabajado con la diputada local Alessandra Rojo de la Vega en una ley que sólo espera ser publicada para entrar en vigor.
La gravedad de las lesiones
Anabel Villanueva Martínez, cirujana plástica del hospital Angeles Mocel, explica que, al sufrir un ataque por químicos –en este caso ácido–, las quemaduras se limitan al daño y la extensión donde cayó la sustancia; sin embargo, advierte que este tipo de heridas generan necrosis, es decir, se forma una especie de costra, se afectan las estructuras cutáneas y todo el tejido alcanzado por la sustancia muere.
En el mundo ocurren cerca de mil 500 ataques con ácido, de los cuales el 80 por ciento es contra mujeres, por lo cual la organización Acid Survivors Trust International (ASTI) los considera violencia de género. Además estima que el 60 por ciento de los ataques no se denuncia, “a menudo, por miedo o vergüenza”.
En el caso mexicano ni siquiera hay estadísticas, y aún no hay tipificación del delito hasta que se publique la ley, pero su alcance sólo será en la capital del país.
Ante estos vacíos legales y la urgencia de visibilizar el tema, desde febrero de 2019 la diputada Rojo de la Vega mantiene contacto con las 10 víctimas. Muchas viven en el anonimato porque tienen miedo de alzar la voz, asegura en entrevista.
Atención médica
Además del ataque a la saxofonista María Elena Ruiz Ortiz, otras mujeres enfrentan las secuelas de esta expresión extrema de odio. Tales son los casos de María del Carmen Sánchez, atacada por su expareja en 2014 al negarse a regresar con él; de Verónica y su hija Esmeralda, a quienes un grupo de hombres les arrojaron ácido en 2018 al salir de su domicilio (ubicado en Cuautlancingo, Puebla); y de Ana Saldaña Aguilar, agredida el año pasado cuando bajaba de su automóvil a las afueras de su casa.
En la Ciudad de México, las quemaduras con ácido resultado de este tipo de violencia de género pueden ser atendidas sólo en centros especializados, como el Hospital General Doctor Rubén Leñero, el Hospital General Balbuena o el Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados.
El difícil tratamiento
Explica la doctora Villanueva Martínez que en las agudas se neutraliza el ácido, para ello se tiene que irrigar abundantemente la zona con solución salina. “Hay áreas consideradas más graves y que requieren hospitalización, cuando es en cara, genitales, manos o se trata de niños”.
El manejo del paciente quemado resulta complejo, ya que requiere muchas veces la intervención de especialistas. La especialista señala que lo principal es dar analgesia, hacer un desbridamiento en caso de una quemadura extensa –ingresar a quirófano para quitar todo el tejido dañado o muerto–, para poder determinar si el paciente va a necesitar injertos, colgajos o algún otro tipo de manejo reconstructivo.
Prevenir los ataques
La organización ASTI indica en su página web que los gobiernos nacionales tienen la máxima responsabilidad de introducir y aplicar leyes y políticas sobre la violencia con ácidos hacia mujeres y niñas.
Agrega que una de las razones del incremento de los ataques con ácidos es el bajo costo y fácil disponibilidad de las sustancias corrosivas; por ello, recalca la importancia de regular la compra y venta de los productos ácidos.
Por ello, la diputada Alessandra Rojo de la Vega refiere la urgencia de que se regule la venta de ácido pero no sólo en la Ciudad de México, sino a nivel federal. Además, de que se provea compensación a las víctimas de manera económica y psicológica por parte del gobierno, con la finalidad de ayudarlas a reconstruir sus vidas y reincorporarlas a la sociedad.
Otra iniciativa también se discute en el senado, promovida por el priísta Eruviel Ávila Villegas. Esta busca tipificar los ataques con ácido en el Código Penal Federal, al reformar los artículos 290, 291 y 292 con base en legislaciones de otros países.