Indignación y alarma

REYNOSA, Tamaulipas, diciembre 4 (EL UNIVERSAL).- La desaparición de tres mujeres en esta ciudad fronteriza ha generado temor entre la población. En todos los casos se trata de madres de familia dedicadas al hogar, quienes salieron un día a realizar compras y no volvieron.

A través de redes sociales se difundieron en las últimas semanas las historias de Guillermina Hernández García, de 58 años; Velma Vázquez García, de 35, y Berenice Ureta Quezada, de 43.

La familia de Berenice creó una página en Facebook dedicada a su búsqueda. En el caso de Guillermina, la mujer se encuentra desaparecida desde el 10 de noviembre, luego de que saliera de casa para dirigirse a un centro comercial del bulevar Morelos en esta ciudad.

Uno de sus hijos informó en redes sociales que su madre ya no regresó a su casa, por lo que iniciaron la búsqueda.

Velma Vázquez desapareció el 30 de noviembre cuando se dirigía a la zona centro. Esta mujer, de 35 años de edad, está siendo buscada, además, en páginas de algunas asociaciones civiles.

Un hijo desesperado. César Alberto Pérez Ureta, hijo de Berenice Ureta, intenta no llorar mientras habla en entrevista con EL UNIVERSAL.

Lo embarga la impotencia por no saber el paradero de su madre, quien hace tres días salió de casa para ir a una tienda de conveniencia y ya no regresó.

“[Mi] mamá estaba en casa con dos de mis hermanas y se preparaba para hacer la cena, notó que le faltaba algo y dijo que iba al OXXO, una de mis hermanas le pidió una recarga telefónica”, dice.

Relata que Berenice salió y volvió a su casa. A los pocos minutos les dijo que debía salir nuevamente, aproximadamente las 20:00 horas del domingo 1 de diciembre.

“[Mi] mamá ya no regresó, mi hermana se empieza a preocupar. Sabemos que hizo la recarga porque llegó la notificación. Mi hermana nos llama, a amigos, familiares y a mi papá para preguntar si estaba con nosotros”, cuenta.

César relata que su madre dejó incluso la comida en la estufa, sus lentes en la mesa, el cargador de su celular, hasta su bolsa. “No dio indicio de que se iba a ir. Sólo se llevó su monedero con poco dinero y ahí tenía su credencial de elector”.

Indica que la han buscado en hospitales, en Seguridad Pública y en la central de autobuses, sin éxito, por lo que su papá interpuso la denuncia el lunes 2 de diciembre, y hasta la fecha no han tenido respuesta. “Es una mujer bondadosa, que movía cielo, mar y tierra para ayudar. Hemos sabido que no es el único caso, no lo vamos a dejar en el olvido ni que se quede como archivo muerto, sino que las autoridades demuestren qué es lo que están haciendo”, declara César.

En 5 días se pierden 3 mujeres en Toluca

Al menos tres mujeres tienen un reporte por desaparición en el Valle de Toluca, entre el 30 de noviembre y la primera semana de diciembre; dos de ellas fueron vistas por última vez en la capital mexiquense y otra, en Temoaya.

Entre ellas se encuentra Jazmín Rodríguez Calixto, de 17 años. Su mamá reveló que la última vez que supieron de ella fue cuando salió de su casa en Temoaya, rumbo a la Ciudad de México para verse con su novio.

En entrevista dijo que no conocen al sujeto con quien presuntamente tenía una relación desde hace meses, pues “sólo era telefónica, nunca lo vimos”.

Explicó que saben de un encuentro anterior, cuando según acudió a Toluca, y el fin de semana se iban a encontrar en la Terminal de Observatorio.

Acudió a la procuraduría de la capital del país para iniciar una ficha de localización. Sólo sabe que abordó un camión en Temoaya, pero no hay videos de ella descendiendo del autobús.

El segundo caso es de Lizeth Ivonne Tenorio, de 25 años, quien salió de su casa el 30 de noviembre pero no se supo más sobre ella. Vivía en la colonia Unión, en Toluca.

Una más es Martha Miriam García Orozco, de 44 años, quien fue vista por última vez en el centro de la capital mexiquense. Ella viste tenis rosa con blanco, chamarra negra con la leyenda Estado de México, playera rosa estampada y pants negro.

Exigen aclarar asesinato de Ana Daniela

La alumna de Biología Experimental en la Universidad de Guanajuato (UG) Ana Daniela Vega González fue asesinada en su casa de estudiante la noche del sábado pasado. El crimen generó la indignación y protestas de grupos feministas y estudiantes universitarios en esta capital y en las ciudades de León e Irapuato.

Agustín Vega, hermano de Ana Daniela, informó que la Fiscalía General del Estado (FGE) le comunicó a su familia que los resultados oficiales de la necropsia, “confirmaron que fue un homicidio”.

En una hipótesis preliminar, la Policía Municipal de Guanajuato advertía que se trataba de un suicidio. “No fue suicidio, fue feminicidio”, recriminaron integrantes de movimientos feministas.

El gobernador Diego Sinhue Rodríguez pidió una investigación y resultados a la brevedad.

Estudiantes de la UG anunciaron un paro de labores en todas sus sedes en protesta por la violencia que golpea a los estudiantes y la pasividad de las autoridades académicas y de gobierno.

El sábado 30 de noviembre, a las 23:36 horas, se reportó el hallazgo de Ana Daniela, de 24 años, en su habitación, en un domicilio ubicado en la colonia Noria Alta. Por la mañana, su familia denunció que estaba desaparecida y que no se había presentado a laborar. La tarde del martes, el titular de la FGE, Carlos Zamarripa, informó que estudios forenses revelaron que la causa de muerte de Ana Daniela fue “asfixia por estrangulamiento”.

Dijo que hay videos en análisis que han revelado datos importantes que fortalecen las líneas de investigación y que se han tomado 18 entrevistas de familiares y testigos.

El rector de la UG, Luis Felipe Guerrero Agripino, ofreció a la FGE el apoyo de un equipo de especialistas de la UG para que coadyuve en la parte técnico-científica en el esclarecimiento del asesinato.

La noche del lunes y la del martes, una multitud de mujeres y jóvenes marchó por las calles y plazas de la zona centro de Irapuato en demanda de justicia para Daniela. En una red social, Agustín Vega agradeció el apoyo de los movimientos feministas de Guanajuato que salieron a las calles a exigir justicia.