TIJUANA, 7 de diciembre (LaOpinión).- En redes sociales circulan imágenes del modus operandi de las bandas del narcotráfico que no se tientan el corazón al usar a bebés y niños pequeños como “mulas” o “burros” (traficantes de droga en pequeñas dosis).
Y es que los delincuentes se aprovechan precisamente de su condición para que los agentes en aeropuertos, cruces fronterizos y terminales de autobús por ejemplo, esperando que no los revisen.
De esa manera les ponen alrededor del cuerpo las dosis de droga envueltas en plástico, en pecho, espalda y otros lugares para así burlar a las autoridades.
Ante este tipo de actividades, las autoridades se han tenido que ver en la necesidad de revisar a los niños por más inofensivos que parezcan pues, es precisamente eso lo que los narcos aprovechan para pasar la droga a donde quieren.
Así que si en algún momento consideran exagerado que los policías revisen a los menores, esta es la razón por la que lo hacen. Aunque cabe señalar que no solo les ponen a los niños la droga alrededor del cuerpo, ya que también se ha descubierto que la ponen en objetos como juguetes y carriolas, pues esperan que de esta manera no sean inspeccionados.
Cabe señalar que el uso de menores en el narcotráfico no es nuevo pues la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC) a través de su Informe Mundial de Drogas 2018, reveló que en el 2013, 118 jóvenes fueron detenidos por contrabando de cannabis, metanfetamina, heroína y cocaína a través de la frontera de San Diego.
Y aunque que para el 2015, ese número se redujo a 70, aclaran que “ese descenso puede atribuirse a varios factores, incluida una mayor seguridad fronteriza, pero las cifras sólo reflejan a los que fueron capturados y no a los que tuvieron éxito al cruzar la frontera”.
Además, al citar datos de más de 40 países, refiere que alrededor de 3 por ciento de las personas arrestadas o amonestadas por posesión de drogas en el 2015 tenían menos de 18 años.