México

* “O se reforman ellos, o los reformamos nosotros. Eso es inevitable. Y no es una amenaza, es el reclamo social”, afirma Ricardo Monreal

CIUDAD DE MEXICO, 16 de abril (La Política Online).- Ricardo Monreal es una pieza tan necesaria como controvertida en el ecosistema de la Cuarta Transformación. Su operación política -quizás el aspecto más valorado, incluso entre sus adversarios- fue la punta de lanza para lograr los dos tercios requeridos para la Guardia Nacional o en la búsqueda de apoyos para Yasmín Esquivel, cuya relación marital con José María Rioboó la ponía en duda para la Suprema Corte. Esa capacidad contrasta con las acusaciones de algunos sectores del partido que resisten su ambición de incidir en las candidaturas para las próximas elecciones.

¿Cuál es la agenda que intentará completar el oficialismo de aquí al 30 de abril, cuando termine el período ordinario?

Hay cuatro reformas pendientes que queremos evacuar en estas semanas: laboral, revocación de mandato, educativa y consulta popular. Son los cuatros temas pendientes. Tres de ellas son constitucionales y la laboral es reglamentaria. Ya nos enviaron la Laboral desde Diputados. Quedarían tres.

También nos llegaron las cuatro leyes reglamentarias de la Guardia Nacional, que serán analizadas en una comisión plural. En esas leyes secundarias no necesitas mayoría calificada, pero de todos modos queremos sacarlas por consenso.

Por lo que se escucha desde la oposición, la más difícil de aprobar sería la revocación de mandato. Pareciera que no hay margen en ese tema para negociar. ¿Es así?

La revocación de mandato es con la que tengo más dificultad. Porque ellos no quieren que sea el mismo día de la elección de medio término. Obviamente creen que tendrá una influencia determinante el Presidente. No quieren que compita. Es lo que dicen. Al estar en la boleta, AMLO les generaría un problema serio. Esa es la más difícil. Si no logro en estos días un consenso, quedaría para un extraordinario.

Cuando se repasa la agenda del Senado de estos meses, se encuentra una efectividad muy alta en los temas prioritarios de AMLO. Pero también se observan temas como comisiones bancarias o reforma al Poder Judicial, que despertaron muchas críticas por una presunta falta de coordinación con el Ejecutivo. Esa alarma crece sobre todo en los mercados...

La autonomía del Poder Legislativo es real. Nadie debe asustarse, porque no somos radicales ni irracionales. No queremos afectar a la economía, al país, ni al desarrollo de la nación. En el tema de comisiones bancarias voy muy avanzado con un dictamen que espero salga en unos días más. Nos asiste la razón. No nos vamos a detener. Vamos a reformar lo que sea necesario.

Con lo del Poder Judicial hemos llegado a un acuerdo con sus autoridades. No han descalificado nuestra propuesta. Ellos quieren opinar y nos han dicho que, con el mismo propósito -combatir la corrupción en la Justicia-, tienen otras alternativas. Pues está muy bien. Por eso hemos instalado una mesa de trabajo conjunto entre el poder judicial, la consejería jurídica y el Poder Legislativo.

Lo cierto es que el Poder Judicial también tiene que sufrir el cambio. Sí tiene que reformarse, desde adentro o desde afuera. Pero no puede mantenerse ajeno de la transformación que vive el país, porque es parte del reclamo social que se expresó en las urnas.

La gente cree que no hay justicia, o que la justicia está al servicio del mejor postor. Entonces, es cierto que hay jueces impecables y honestos, pero hay otros que no lo son. Se han construido amplios circuitos de corrupción o de nepotismo. Hay juzgados que tienen 60-70 familiares de un jefe de ese clan. Eso no puede ocurrir.

AMLO hizo público este modus operandi cuando revela el cabildeo de Julio Scherer para que se rechace la solicitud de los ex accionistas de Grupo Modelo y que el SAT devuelva los impuestos de la venta de esa compañía. ¿Medina Mora se comunicó con alguien del Gobierno para explicar su posición en esa controversia?

No que yo sepa. Siempre hemos respetado la autonomía de la Corte. Yo no tenía relación con los ministros. Hasta ahora, al menos, porque con el Presidente actual de la Corte tengo confianza de que puede empujar desde dentro todas estas reformas sin que nosotros lo hagamos por la vía legislativa. Ellos saben muy bien que tienen problemas.

Saben que tienen problemas severos frente a la población. O se reforman ellos, o los reformamos nosotros. Eso es inevitable. Y no es una amenaza, ni baladronada, ni actitud desafiante. Nada de eso. El problema es el reclamo social.

Ya estuve hablando con Zaldívar y hay un principio de entendimiento. Creo que va a funcionar. Confío en que esto funcione y tengamos una relación de colaboración de poderes.

Volviendo a la coordinación en la Cuarta Transformación. Los senadores o diputados pueden explicar estas contradicciones en la autonomía de Poderes. Pero, ¿por qué cree que también ocurre con los secretarios, es decir en el Gabinete? AMLO ya contradijo, por citar dos ejemplos recientes, a Jiménez Espriú y a Arturo Herrera.

Al Presidente lo conozco hace 22 años. Es un hombre muy firme en sus convicciones, pero también es un hombre que delega, que otorga amplias facultades a sus colaboradores. Pero cuando se equivocan les va a corregir la plana. No se va a callar frente a situaciones que no han sido tomadas en cuenta o indicaciones que no fueron ejecutadas como él quería.

Hace unos días Salinas Pliego fue muy duro con el tipo de conducción que ejerce AMLO. Y se trata de un empresario que, al menos en principio, se consideraba un aliado de la Cuarta Transformación.

Sí, fue dura. También la respuesta de Andrés fue dura. No es lo deseable en un Gobierno establecer una relación de confrontación con ningún poder, ni fáctico ni de la Unión. Por eso no creo que el Presidente quiera pelearse ni con el legislativo, ni con el judicial. Pero tampoco con el poder económico, ni eclesiástico, o los medios de comunicación.

Percibo que AMLO, con su sinceridad, a veces no gusta. Y es porque lleva al combate de ideas, a una confrontación de ideas inevitable.

Con la reforma laboral de AMLO se dice que se terminará el sindicalismo “charro”. Conceptualmente es imposible oponerse a la elección libre de los liderazgos. Ahora, cuando uno observa los perfiles que esperan ansiosos para reemplazar a esos liderazgos no pareciera tratarse de un proceso de renovación real, ¿no?

Yo sí creo que habrá una renovación. La reforma laboral es una oportunidad. No creo que la fortaleza de la CTM como un órgano obrero partidista se vaya a debilitar, por ejemplo. No disminuyó ni minimizó la presencia de todo el sector obrero identificado con el PRI, aunque muchos de ellos hayan votado por López Obrador.

¿Su diagnóstico es que van a permanecer en la CTM aunque apoyen a este Gobierno?

Sí. No es una fuga, ni un traslado de trabajadores de una organización a otra. Claro, cada uno tiene su toma de nota. Habrá libertad sindical y se creará nuevas centrales obreras. Eso es natural, siempre sucede en transiciones como esta. Pero la CTM va a mantener su posición. Sólo van a tener expresiones distintas y, sobre todo, ya no habrá sindicatos favoritos del gobierno.

Esta reforma traerá más libertad. Y eso con el tiempo ayudará. Desde luego será un proceso gradual. No será de la noche a la mañana.