México

Un tapiz de la escuela Bauhaus es hallado en el estante de un hotel de la CdMx; llevaba 30 años perdido

La fama artística de Albers, quien durante mucho tiempo fue eclipsada por su marido, el artista Josef Albers, ha adquirido peso con el paso del tiempo. La Tate Modern de Londres inauguró en octubre del año pasado una retrospectiva de la artista.

Ciudad de México, 14 de mayo, (EuropaPress) – Hace tres décadas, un encargo a la artista alemana Anni Albers (1899-1994), madrina de la Bauhaus, desapareció. Se trataba de una pieza encargada para una de las paredes del vestíbulo del hotel Camino Real de Ciudad de México , la cual tras su misteriosa desaparición y con el paso de los años se ha revalorizado.

La fama artística de Albers , quien durante mucho tiempo fue eclipsada por su marido, el artista Josef Albers, ha adquirido peso con el paso del tiempo. La Tate Modern de Londres inauguró en octubre del año pasado una retrospectiva de la artista, relevo de otra muestra en el Guggenheim de Bilbao en 2017, muestra en la que se expusieron hasta febrero de este año más de 300 piezas entre telares pictóricos, colgaduras, estampados o grabados, recoge el diario El País.

La relevancia internacional del matrimonio se retrotra a las primeras décadas del pasado siglo, en especial por su trabajo ligado a la escuela Bauhaus. Sin embargo, los Albers tuvieron que abandonar Alemania en 1933, cuando la Bauhaus cerró sus puertas ante la persecución del Gobierno nazi. Rumbo a Estados Unidos, el matrimonio se refugió en el Black Mountain College, en Carolina del Norte.

En la escuela americana, los artistas alemanes recibieron la visita en 1967 de Luis Barragán, Mathias Goeritz y Ricardo Legorreta, el arquitecto del hotel Camino Real de Ciudad de México, quienes habían viajado en coche hasta el lugar para proponer a Anni el encargo de un tapiz paras las instalaciones hoteleras, señala el diario El País.

Hasta ahora, era conocido –y existían algunas fotografías– que mostraba el tapiz realizado por Anni Albers en 1968 colgada en la pared del hotel. Sin embargo, esta obra clave en la etapa final de la artista, un día fue retirada de su lugar original y su rastro, miteriosamente, se perdió a finales de los ochenta.

Pero el misterio ya se ha resuelto, y todo casi por casualidad. A los editores Carla Zarebska y Humberto Tachiquín se les encargó realizar un libro homenaje al hotel por sus 50 años, y para ello comenzaron una labor de recopilación de documentos y fotografías. Conocedores de la existencia del tapiz, los editores indagaron también sobre su posible paradero, hasta que se dieron de bruces con algo que no podían imaginar.

“Sabíamos que Anni Albers había sido uno de aquellos encargos –explica Zarebska al citado medio español– y le fuimos preguntando a todo el mundo sin suerte. El responsable de la bodega donde almacenan muebles viejos tampoco sabía nada hasta que le enseñamos una foto con el celular. Entonces reconoció lo que para él no era más que un tapete antiguo –el cual estaba enrollado y apretujado detrás de una estantería–. Lo extendimos y casi nos desmayamos”, indica.

La formidable obra, supuestamente desaparecia, había permanecido en las instalaciones del hotel durante todo este tiempo. “Llevábamos mucho tiempo buscándola y creíamos que se había perdido”, cuenta a ‘El País’ desde New Haven la comisaria jefe de la Fundación Josef & Anni Albers, Brenda Danilowitz.

Titulada como el hotel, la colgadura tiene unas medidas de casi tres por tres metros, es una estructura industrial de fieltro de lana y reverso de algodón confeccionada en una empresa de banderas y pancartas de Nueva York. Sobre el panel de fieltro, Albers cosió a mano pequeños triángulos de diferentes tonos de rojo.

“El encargo del Camino Real precipitó un giro decisivo en su obra, al iniciar la transición del diseño textil y el tejido en que se había concentrado casi exclusivamente desde sus días en el taller de tejido de la Bauhaus, al dibujo en papel, el diseño de telas estampadas y el grabado”, añade Danilowitz al citado medio.

Por Europa Press