Cuando las alarmas sonaron en su cabina, el capitán y el primer oficial lucharon por recuperar el control de sus aviones afectados. Estaban demasiado cerca del suelo y necesitaban ganar altitud. Sin embargo, cuando el capitán Yared Getachew intentó guiar la nariz del Boeing 737 hacia arriba, un sistema electrónico lo obligó a bajar nuevamente. Simplemente tirar hacia atrás en su columna de control no era suficiente. Así que también usó un interruptor de pulgar, para ajustar el equilibrio aerodinámico del avión, y animarlo a subir. Pero unos segundos más tarde, esos ajustes se invirtieron automáticamente. La columna temblaba en sus manos, una advertencia mecánica de que la aeronave estaba en peligro de detenerse y caerse del cielo.Una voz robótica áspera gritó "no te hundas" tres veces, lo que indica que el avión estaba perdiendo altura. Juntos, él y el primer oficial Ahmednur Mohammed Omar trabajaron rápidamente para encontrar una solución. Encendieron los interruptores de la consola central para deshabilitar parte de la electrónica y, en su lugar, comenzaron a utilizar controles manuales, en un intento de hacer que el avión volara normalmente. Recuperar el control fue difícil. Ya el avión estaba ganando velocidad, y las fuerzas aerodinámicas se estaban desarrollando rápidamente;es probable que simplemente se hayan vuelto demasiado grandes para que los pilotos luchen contra el uso de controles manuales. Cualquiera que sea la razón, volvieron a encender la electrónica y el capitán Getachew intentó una vez más levantar la nariz de la aeronave, usando el interruptor del pulgar en sus controles. Con la asistencia eléctrica restaurada, la aeronave respondió. En pocas palabras comenzó a subir. Pero entonces, inexorablemente, el proceso se invirtió cuando las computadoras intervinieron una vez más. Otra alarma ahora sonaba con urgencia, advirtiendo que la velocidad del avión se había vuelto peligrosamente alta, ya que comenzó a zambullirse hacia el suelo. En su desesperación, el capitán Getachew pidió ayuda a su copiloto.Juntos, regresaron a sus columnas de control, usando su fuerza combinada, en un último esfuerzo para superar las fuerzas en su contra con una fuerza muscular total. La inmersión se hizo más y más inclinada, y el avión cayó más y más rápido, hasta que se estrelló contra el suelo a más de 500 mph, solo seis minutos después de despegar. BBC