WASHINGTON, EE. UU., 10 de junio (AFP/APRO).- El presidente Donald Trump consiguió lo que quería del gobierno de México: que acepte a migrantes centroamericanos peticionarios de asilo y despliegue a su Guardia Nacional en su frontera con Guatemala, presumió este lunes el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
“El presidente (Trump) está haciendo precisamente lo que dijo que haría”, declaró Pompeo en conferencia de prensa, y estableció que la amenaza de imponer sanciones arancelarias a las importaciones mexicanas podría restablecerse en el futuro si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador incumple el compromiso alcanzado.
“Estados Unidos retiene su habilidad de usar su propia determinación sobre si se alcanzan éxitos en la frontera. Vieron el anuncio de que el presidente suspenderá indefinidamente las tarifas arancelarias. Eso significa que, si no estamos haciendo un progreso suficiente, existe el riesgo de que esas tarifas se vuelvan a instrumentar”, acotó.
El pasado viernes 7, luego de una semana de intensas negociaciones, los equipos de Pompeo y del secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, alcanzaron un acuerdo bajo el cual el gobierno de México se comprometió a desplegar en la frontera con Guatemala a 6 mil elementos de la Guardia Nacional para contener el flujo de caravanas de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos.
Además, establece que México sea receptor de miles de centroamericanos que soliciten asilo en Estados Unidos, y que por meses o incluso años puedan permanecer en territorio mexicano a la espera de la resolución de sus casos.
De igual manera, ambos gobiernos se comprometieron a revisar periódicamente (cada 45 y 90 días) el compromiso para determinar los avances en la contención del flujo de centroamericanos.
El compromiso aceptado por México, Pompeo lo calificó como “el más fuerte alcanzado en la historia” de los gobiernos de su país.
En su cuenta personal de la plataforma Twitter, Trump habló esta mañana de un acuerdo paralelo aceptado por México que debe ser ratificado por el Congreso mexicano, pues de no hacerlo lo obligaría nuevamente a la imposición de un arancel a las exportaciones mexicanas a su país.
Al ser consultado sobre ese presunto compromiso paralelo, Pompeo se limitó a decir que “hubo un número de compromisos alcanzados; no puedo detallar todos aquí, pero ambos lados se comprometieron a sus resultados”.