Las agencias Fitch y Moody’s, dos de las tres principales calificadoras mundiales, bajaron esta semana las notas crediticias del país y de Pemex por la presión de la deuda de la petrolera sobre las finanzas públicas del país. En 2016 también realizaron ajustes por la caída de los petroprecios. Analistas aseguraron que exageraron en reprobar la política energética del Gobierno federal, al considerar la reestructuración en curso de la deuda, las reservas de hidrocarburos y la estrategia contra la corrupción como el robo de combustible, contrario al sexenio pasado.
Ciudad de México, 9 de junio (SinEmbargo).– Dos de las tres principales calificadoras crediticias del mundo, Fitch Ratings y Moody’s Investors Service , que son un referente para los inversionistas junto con Standard & Poor’s , coincidieron esta semana en que la política energética del Gobierno federal “está reprobada”, pero “exageraron” y ya se han equivocado antes, analizaron especialistas en finanzas y energía.
Con base en la presión de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) sobre las finanzas públicas del país, que al primer trimestre del año asciende a 106 mil 502 millones de dólares, esta semana la agencia Moody’s modificó de estable a negativa la perspectiva de la calificación soberana de México y de la petrolera. Fitch fue más allá y sí bajó la calificación soberana nacional y luego redujo la nota crediticia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la de Pemex la dejó en “bonos basura” al quitarle el grado de inversión.
“La economía ya no está ligada a Pemex, pero sí las finanzas públicas. De ahí la importancia en la toma de decisiones en el sector energético del país para que no afecte a la visión general que se tiene de México ante los ojos de los inversionistas”, dijo Abraham Vergara Contreras, académico de la Universidad Iberoamericana y especialista en finanzas. “Si no hay cambios, pues el país puede caer a ese nivel [de bonos basura como Pemex]. La política energética basada en el petróleo está reprobada”.
Juan José Dávalos López, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en economía y energía, añadió que “están exagerando la calificadoras. Pemex tiene la capacidad crediticia que reside en las reservas de hidrocarburos, la columna vertebral de cualquier industria petrolera. Se está trabajando sin desviaciones ni corrupciones como las que vimos todo el sexenio anterior”.
Su ex titular, Emilio Lozoya Austin, es investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) por la compra-venta a sobreprecio en 2013 de una planta fertilizante chatarra, en el marco del caso de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. El líder sindical, Carlos Romero Deschamps, acumula denuncias penales por enriquecimiento ilícito.
“Está reclamando [el Presidente Andrés Manuel] López Obrador que no se incluya la corrupción en su metodología. El elemento de rescate de los recursos obtenidos por el combate a la corrupción es de tal monto que definitivamente da un piso para dar una base sana a las finanzas públicas”, aseguró Dávalos.
“Estos modelos tienden a hacer futurología y hay casos escandalosos donde han fallado al momento de prever fenómenos. Sobrevaluaron a la empresa energética Enron, que en 2001 se declaró en quiebra; en 2008 también se equivocaron con la crisis internacional creada en el mercado hipotecario de Estados Unidos, y en el caso de la deuda de Grecia, con el Banco Europeo. No tienen la capacidad de describir el comportamiento profundo a mediano y largo plazos de la economía”, agregó.
Vergara Contreras, académico de la Universidad Iberoamericana, matizó que las calificadoras se basan en diversas variables y, aunque siempre hay elementos subjetivos, dos de ellas están “viendo que la estabilidad económica no es la mejor ni estamos en crecimiento económico”.
SIN CAMBIOS PARA PEMEX
A pesar de las alertas de las calificadoras, emitidas durante el ambiente de tensión comercial y migratoria entre Estados Unidos y México, el viernes el Presidente Andrés Manuel López Obrador descartó ajustes entorno a Pemex y a la CFE.
“Vamos a continuar con la misma política de no permitir la corrupción, de ser eficientes, de no endeudarnos, de tener finanzas públicas sanas, de orientar bien el presupuesto público, de respetar la autonomía del Banco de México, de hacer valer los contratos suscritos de México con empresas, instituciones financieras, y bancos”, dijo por la mañana. “En seis meses, algo que no tomaron en cuenta las calificadoras, se está trabajando en la producción de 20 campos petroleros y en un tiempo récord se estabilizó la producción en Pemex”.
“Sentimos que no son profesionales, que no fueron objetivos y que, tan es así, que Pemex no tiene ningún problema para reestructurar su deuda. Ninguno. Sobran ofertas con mejores garantías. Ese es el informe que tengo”, afirmó el mandatario.
El informe enviado al Presidente asegura que el jueves funcionarios del área de finanzas de Pemex presentaron en la sede del banco JP Morgan, en Nueva York, las características de la estructura de la operación de refinanciamiento de la deuda por 8 mil millones de dólares ante representantes de la banca internacional. También les expusieron el diagnóstico y estrategias para solucionar los problemas estructurales de la petrolera.
A pesar de la pérdida del grado de inversión por parte de Fitch Ratings, el jueves se sumaron más de 15 instituciones financieras al proceso de refinanciamiento de la deuda de la empresa.
“La operación fue garantizada inicialmente solo por tres instituciones financieras: JP Morgan, HSBC y Mizuho. Sin embargo, al día de ayer [6 de junio] ya son más de 15 instituciones bancarias que se han sumado a la operación de refinanciamiento de la deuda de Pemex. Se prevé que el proceso de sindicación del crédito esté concluido a finales del mes de junio”, le reportó Pemex.
Jonathan Heath, economista miembro de la junta de gobierno de Banxico, observó que por lo pronto, Standard & Poor’s y Moody’s le siguen otorgando grado de inversión a Pemex. “Para que se considere a Pemex en grado especulativo, 2 de las 3 calificadoras tiene que otorgar calificación por debajo de BBB-. Fitch por si solo no cuenta”, escribió en Twitter.
Pemex, dirigido por Octavio Oropeza Romero, ha reportado que por la estrategia de monitoreo de ductos el robo de combustibles bajó de 81 mil barriles diarios en noviembre de 2018 a 4 mil en abril de 2019.
Además prevén que incrementará su inversión de 204 mil millones de pesos en 2018 a 288 mil millones de pesos en este año, un 36 por ciento más, para aumentar la producción petrolera. Hasta el primer trimestre del año, la producción de crudo fue de 1,690 millones de barriles diarios, 11 por ciento menos que el mismo periodo de 2018.
La CFE titulada por Manuel Bartlett Díaz no se ha pronunciado públicamente sobre la reducción de Fitch en su nota crediticia.
EN 2016 TAMBIÉN LANZARON ALERTAS
El 2016 fue un año complicado para las finanzas públicas mexicanas por la crisis de precios internacionales del petróleo, que se desplomaron incluso por debajo de los 30 dólares el barril, y también por la campaña presidencial de Donald Trump plagada de medidas anticomerciales.
Frente al ambiente adverso, la Secretaría de Hacienda dirigida por Luis Videgaray Caso recortó en febrero de ese año el gasto público por 132 mil millones de pesos, particularmente 100 mil millones menos a Pemex, y en abril se le inyectaron 73 mil 500 millones de pesos para resolver su falta de liquidez a corto plazo y que saldara una parte de su deuda.
“[Las calificadoras] se hicieron de la vista gorda durante el tiempo del desmantelamiento de Pemex, de la caída de la producción de Pemex, del endeudamiento de Pemex. ¿Dónde estaban? ¿No vieron nada de eso? La gran corrupción en Pemex. Y a los cinco meses de nuestro gobierno se dan cuenta que está mal Pemex. ¿Por qué el silencio cómplice tanto tiempo?”, cuestionó el Presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia matutina.
Sin embargo, antes y después de las medidas de Hacienda en aquel 2016, Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s sacaron las banderas amarillas para las calificaciones del país y de Pemex y la CFE, ya que las empresas productoras seguían acumulando pérdidas y pasivos laborales.
En enero de 2016, Moody’s y S&P colocaron la calificación de Pemex en revisión a la baja y para marzo, pese a las medidas de Videgaray, Moody’s cambió la perspectiva de calificación de México a negativa por la situación de la petrolera, y un mes después ajustó la perspectiva de la calificación de la CFE de estable a negativa.
En julio, Fitch rebajó las calificaciones de ambas empresas energéticas y en agosto, antes de la salida de Videgaray de Hacienda y la victoria de Donald Trump, Standard & Poor’s modificó de estable a negativa la perspectiva de las notas crediticias de la CFE y de Pemex, tras la revisión a la baja de la perspectiva de México.
“Nosotros sentimos que está bien la economía. No estamos de acuerdo con los dictámenes de las calificadoras. Vuelvo a reiterar, están utilizando una metodología caduca, es la metodología del periodo neoliberal, que no incluye la variable corrupción, entre otras cosas […] Yo puedo asegurar que ya no hay corrupción tolerada en México. Entonces, tenemos esas discrepancias”, agregó el Presidente.
Desde enero de este año, miembros de la Secretaría de Hacienda y de la Dirección de Finanzas de Pemex se reunieron en Nueva York con inversionistas, analistas financieros y agencias calificadoras para comunicarles los objetivos para fortalecer las finanzas, producción y rentabilidad de la empresa. En febrero el Presidente López anunció la inyección de 107 mil millones de pesos a Pemex.
No fue suficiente para Fitch ni Moody’s.