CIUDAD DE MEXICO, 9 de julio (REUTERS).- El nuevo secretario de Hacienda de México, Arturo Herrera, es un pragmático y respetado responsable de políticas públicas que decidió estudiar economía por la crisis de deuda que azotó a Latinoamérica en la década de 1980.
Ahora, debe aumentar la confianza de los inversionistas en una economía ralentizada afectada por lo que su exjefe, Carlos Urzúa, calificó como un “extremismo” que lo llevó el martes a presentar su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador.
En términos generales, Herrera está bien considerado entre los inversores que se han acostumbrado a verlo en eventos de alto perfil representando a la segunda mayor economía de la región. El funcionario estuvo a cargo de políticas cercanas al mandatario, como llevar la banca a las personas más pobres.
“México no necesariamente es un país pobre, pero es un país con mucha pobreza”, dijo Herrera a Reuters en una entrevista poco después de ser nombrado subsecretario de Hacienda en 2018.
Resaltó la importancia de centrarse en el crecimiento sin inflación descontrolada.
Pero su tarea no será fácil. Asume el cargo después de que la economía se contrajo en el primer trimestre y con economistas advirtiendo sobre un alto riesgo de recesión.
Urzúa no dio detalles sobre qué medidas lo llevaron a renunciar, pero las decisiones de López Obrador de cancelar la construcción de un multimillonario aeropuerto, construir una nueva refinería y renegociar contratos de gasoductos con empresas extranjeras han generado volatilidad en los mercados.
Herrera ahora enfrenta el desafío de cumplir con un objetivo de superávit primario del 1% que ayudó a compensar las preocupaciones del mercado y mantuvo al peso estable, al tiempo que deberá fortalecer el crecimiento económico que López Obrador dijo el martes es su prioridad.
Para lograrlo, el nuevo mandamás de las finanzas mexicanas deberá estimular la inversión privada y evitar la rebaja de las agencias calificadoras preocupadas por la endeudada petrolera estatal Pemex.
“Herrera ha sido la cara de la Secretaría de Hacienda de México en reuniones con inversionistas internacionales en los últimos meses y es una opción creíble”, dijo a Reuters Abbas Ameli-Renani, gerente de cartera de mercados emergentes de Amundi, una firma francesa de gestión de activos.
“Pero la carta de renuncia de Urzúa confirma la menguante influencia de la oficina del secretario de Hacienda sobre las decisiones clave”, agregó.
Manejo de crisis
Herrera dijo en la entrevista del año pasado que fue la crisis de deuda de América Latina en la década de 1980 lo que lo inspiró a estudiar economía.
Contó que él y su amigo Gerardo Esquivel, ambos graduados de la universidad pública El Colegio de México, también asociado con Urzúa, se sintieron motivados a entender estos problemas y encontrar soluciones. Esquivel se convirtió en subgobernador del banco central a fines del año pasado.
“Empezamos a estudiar economía a mediados de los 80, en medio de una de las crisis más serias en la historia de México”, recordó Herrera. “Las inflaciones, las devaluaciones, la falta del empleo eran los temas que dominaban la vida en México, y eran los temas que estábamos tratando de entender”, dijo.
La crisis de deuda de 1982 fue la más seria en la historia de Latinoamérica: los ingresos se desplomaron, el crecimiento económico se estancó debido a la necesidad de reducir las importaciones y el desempleo aumentó a niveles alarmantes y la inflación redujo el poder adquisitivo de las clases medias.
“Eso es un tema que me duele como persona, pero como economista tengo el interés de aplicar los conocimientos para tratar (de solucionarlo)”, agregó.
Un ávido escalador, Herrera comenzó su carrera en la Secretaría de Finanzas de Ciudad de México, mientras López Obrador ocupaba el cargo de alcalde, entre el 2000 y el 2005, un cargo que antes ocupó Urzúa. En el 2010 se unió al Banco Mundial.
Cuando López Obrador comenzó su tercera campaña presidencial antes de las elecciones de julio del 2018, sus promesas de acabar con la corrupción, combatir la pobreza y la desigualdad resonaron en Herrera.
“La posibilidad de incorporarse a una administración que está tratando de resolver estos temas era muy tentadora”, dijo entonces.