CIUDAD DE MEXICO, 15 de julio (La Política Online).- Scotiabank se repliega del proyecto de Andrés Manuel Lòpez Obrador de construir el llamado Tren Maya en el sureste del país. La entidad realizó su estudio de riesgos y oportunidades y determinó abandonar el interés inicial que había manifestado la compañía a comienzos de año. Los bancos que todavía se quedan en el tablero, y acompañarán a los consorcios que buscan ganar licitaciones, son BBVA, Banorte y Santander.
Enrique Zorrilla, mandamás de la entidad en el país, fue de los primeros banqueros en acercarse a la casa de transición en septiembre del año pasado. Lo acompañaba Guillermo Babatz, ex titular de la CNBV. Allí le dijeron a López Obrador que lo acompañarían en todos los grandes proyectos de su sexenio.
Meses después Zorrilla intentaría dirigir la ABM pero fracasaría en su intento a manos de Luis Niño de Rivera, hombre de Banco Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego.
En paralelo, los directivos que despachan en Toronto bajo las órdenes de Brian Porter comenzaron a tomar en serio los reportes de diversas entidades sobre el futuro de la economía mexicana. En marzo perdieron a los directivos locales extremar las precauciones al involucrarse en proyectos de Gobierno.
El principal temor con el Tren Maya es que las demoras del Gobierno extiendan la fecha de inicio de operación más allá de los cuatro años y luego con el cambio de sexenio se ponga a debate el futuro de la megaobra. Sería otro caso como el del NAICM, donde el gran perdedor es el Santander.
La situación del banco en México es un tanto difusa. Nunca pudo conseguir más del 6% de los activos totales del sector en el país y la motivación para el arribo fue el Acuerdo del Pacífico, que quedó golpeado con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.