CIUDAD DE MÉXICO, 12 de agosto (SinEmbargo).- La escolaridad promedio de la juventud mexicana es de 10.8 años, esto es, que la población entre 15 y 29 años no cumple el mínimo impuesto, en 2017, por la Secretaría de Educación Pública de conclusión de la escolaridad básica, que es de 12 años.
Pero la situación se agrava en el caso de las mujeres jóvenes, puesto que el 12.5 % de ellas, es decir 3.9 millones, no ha concluido la educación básica y el 1 % no tiene escolaridad, destacó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a través de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica(ENADID) 2018.
De acuerdo con el Inegi, el nivel básico de educación abarca la formación desde los 3 hasta los 15 años y se cursa a lo largo de 12 grados distribuidos en tres niveles educativos: 3 grados de educación preescolar, 6 de educación primaria y 3 de educación secundaria.
“La educación tiene un papel importante en el fomento de la inclusión social, impulsa el crecimiento y mitiga la desigualdad”, apuntó el Instituto. Sin embargo, del total de personas jóvenes en el país 26.9 por ciento (8.3 millones) concluyeron el nivel básico y 59.6 por ciento (18.3 millones) culminaron el nivel de medio superior o superior.
En el corte de entre los 15 y 19 años 31.4 por ciento ha terminado la secundaria y el 54.8 por ciento algún grado de los niveles medio superior o superior.
“Si bien, 86.2 % (9.8 millones) ha cubierto lo esperado, 13.7 % no ha logrado concluir la educación básica o no tiene escolaridad”, analizó el Inegi de las estadísticas de la ENADID 2018.
Para el grupo de personas entre 20 y 24 años la distribución fue de 66 % (6.6 millones) con educación medio superior o superior, en contraste, 1.2 millones (11.7 %) no ha concluido la educación básica o no tiene escolaridad. El 22.3 % cubrió el nivel secundaria.
Para el último grupo (de 25 a 29 años), el 15 % no ha concluido la educación básica o no tiene escolaridad, pero el 58.5 cumplió con el nivel medio superior o superior.
“Hacer accesible la educación primaria y secundaria de alta calidad, puede permitir que un gran número de individuos y sus familias incrementen sus ingresos; un aumento en el nivel educativo reduce las probabilidades de pobreza en los hogares y puede llegar a interrumpir la transmisión de esta de una generación a otra”, puntualió Inegi con base en una declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de 2016.1