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WASHINGTON, D.C., EE.UU., 11 de septiembre (EL UNIVERSAL/AFP).- El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio este miércoles a la política antiinmigrante de Donald Trump una de sus mayores victorias, permitiéndole negar prácticamente todas las solicitudes de asilo de migrantes no mexicanos que lleguen a la frontera buscando protección en territorio estadounidense.

El máximo tribunal suspendió el bloqueo que había impuesto una corte de distrito a las restricciones, que obligan a los migrantes que quieren en pedir asilo en Estados Unidos a realizar la solicitud desde un tercer país a lo largo de su ruta hacia la nación norteamericana.

La decisión -en vigor mientras se sustancian los procedimientos en las cortes inferiores- es una victoria para Trump, cuya política migratoria, piedra angular de su gestión, ha sido constantemente desafiada en los tribunales.

La magistrada Sonia Sotomayor, que votó en contra de las restricciones junto a su colega progresista Ruth Bader Ginsburg, escribió: “Una vez más, el Poder Ejecutivo ha emitido una regla que busca anular las prácticas de larga data con respecto a los refugiados que buscan cobijo de la persecución” en sus respectivos países.

Además, deploró enérgicamente que esta decisión se haya tomado sin consulta previa sobre el tema a la sociedad, mientras que “el desafío para los solicitantes de asilo es mayor” ahora.

Los jueces conservadores tienen una mayoría en el máximo tribunal tras la designación de dos nuevos magistrados nombrados por el multimillonario republicano.

El fallo “ayuda grandemente a construir sobre el progreso logrado atajando la crisis en nuestra frontera sur y en última instancia hará que nuestras comunidades sean más seguras”, dijo el secretarios de prensa adjunto de la Casa Blanca, Hogan Gidley, en un comunicado.

El gobierno podrá aplicar su más reciente restricción, presentada a mediados de julio y que rápidamente fue desafiada en las cortes por su dureza. La medida implica a los solicitantes de asilo sólo podrán hacerlo en EU si se les ha negado esa protección en otro país o han sido víctimas de tráfico de personas.

En la práctica, significa que los migrantes que lleguen a la frontera sur de EU deberán haber solicitado asilo por todos los países por los que hayan pasado, y que se les haya denegado el proceso. Eso deja a decenas de miles de migrantes centroamericanos y de otras partes del mundo sin posibilidad de ejercer su derecho al asilo en la Unión Americana.

La Suprema Corte, en una decisión a última hora del miércoles, dio luz verde a la administración para seguir adelante. Trump no ocultó su felicidad por la decisión. “¡Gran victoria para la frontera en el Tribunal Supremo sobre asilo!”, tuiteó.

La decisión afectará principalmente a los centroamericanos que cruzan la región, incluido México, para llegar a la frontera estadounidense, cuyo número ha aumentado en los últimos meses. Pero no serán los únicos: también afectará a africanos, asiáticos y latinoamericanos que, hasta ahora, llegaban de todas las formas posibles a la frontera con EU y ahí iniciaban un proceso que puede alargarse años. Ahora se verán obligados a solicitar asilo primero al menos en México, y que les sea denegado, para poder aspirar a presentar su caso en EU, lo que hará que la cifra de peticiones de refugio en suelo mexicano se eleve exponencialmente.

Los únicos no afectados por la medida serán los mexicanos, ya que no habrán atravesado un tercer país antes de llegar a la garita de las autoridades de la Unión Americana.