SAN DIEGO, California, EE. UU., 2 de enero (EFE).- Las autoridades migratorias deportaron este jueves desde San Diego (California) hacia México a la madre de un teniente del ejército estadounidense que es pequeña empresaria y llevaba 31 años viviendo en Estados Unidos.
Rocío Rebollar Gómez, de 50 años de edad, madre del segundo teniente de inteligencia del ejército, Gibran Cruz, de 30 años, fue deportada desde San Diego a la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana (México), a través de la oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Tanto el militar como su hermana, Karla McKissick, lamentaron en una conferencia de prensa que ICE impidió que ambos hijos se despidieran de su madre en la demarcación de ambos países.
Rebollar tenía programada una cita este jueves para entregarse para la deportación, pero su hija sostuvo que “tenía fe en que le iban a dar una extensión y por eso no había hecho maletas”.
La abogada Tessa Cabrera dijo a Efe que la oficina de la senadora federal Kamala Harris trató de conseguir un permiso extraordinario para extender la estadía de Rebollar en el país.
Sin embargo, la madre de familia, abuela de tres nietos y pequeña empresaria tuvo que entregarse a autoridades federales, mientras ICE informó a la abogada que la prórroga debía solicitarse en un edificio aparte.
Pero “en el tiempo en que caminamos de un edificio a otro, los agentes sacaron a Rocío en un vehículo y la llevaron a la frontera para deportada de inmediato”, indicó la abogada.
Rebollar fue expulsada del país por el paso peatonal fronterizo de El Chaparral.
Desde Tijuana -unas 27 millas (43 kilómetros) al sur de donde se entregó momentos antes-, la mujer confirmó a su hija por teléfono en altavoz que estaba en territorio mexicano y desconocía dónde se encontraba.
La hija dijo entre llantos que le llevaría ropa y algunos artículos. El teniente Cruz lamentó que, por su rango y cargo militar, tenga prohibido cruzar la frontera a Tijuana.
Una corte ordenó la deportación de Rebollar por haber hallarse en el país después de haber sido deportada en dos ocasiones, entre los años 80 y 90.
La orden debía cumplirse en diciembre, pero la abogada consiguió una prórroga de 30 días para que Rebollara arreglara algunos asuntos antes de ser deportada.
En la conferencia de prensa y tras la deportación, el teniente Cruz cuestionó qué, más que volver en busca de sus hijos, podría tratarse de una madre a quien separan de sus menores cuando eran muy pequeños.