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TEHERAN, Irán, 6 de enero (AFP y Reuters).- “Este es nuestro mensaje para Estados Unidos: les atacaremos”. La muchedumbre reunida en Teherán para despedir a su “héroe” Qasem Soleimani, muerto por un dron estadounidense en Irak, clamó venganza y una “respuesta devastadora” contra Estados Unidos.

Millones de iraníes de todas las edades, sexo y condiciones paralizaron el centro de la capital iraní para rendir un último homenaje al dirigente de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución, encargado de las operaciones exteriores de Irán.

“Este es nuestro mensaje para Estados Unidos: les atacaremos, les haremos pagar la sangre vertida por su culpa”, dice Mehdi Ghorbani, funcionario que llegó acompañado por su esposa e hijo desde Karaj, una ciudad situada a unos 40 kilómetros de Teherán.

“Estados Unidos debería saber que empezÓ esto pero nosotros lo terminaremos”, dijo a la AFP.

Irán juró “vengar severamente” la muerte de uno de sus principales comandantes, de 62 años, muerto con su lugarteniente iraquí y otras ocho personas en un ataque estadounidense con dron el viernes, cerca del aeropuerto internacional de Bagdad.

Gente de todas las edades, sexo y condición paralizaron este lunes el centro de la capital iraní para rendir un último homenaje al

“Fue un héroe. Venció al Daech”, acrónimo árabe del grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, declaró a la AFP una joven. “Lo que ha hecho Estados Unidos es un crimen”, asegura esta mujer que dice llamarse Sra. Mohammadi.

“Estoy aquí para llorar su martirio. Tiene que haber una respuesta pero no queremos guerra. Nadie quiere una guerra”, asegura.

Según la televisión pública, millones de personas participaron en la ceremonia en Teherán.

Visiblemente conmocionado, el guía supremo, ayatolá Alí Jamenei, que prometió el viernes “venganza severa”, pronunció una corta oración en árabe ante los féretros de Soleimani, del iraquí Abú Mehdi al Muhandis, número dos del Hashd al Shaabi (paramilitares iraquíes proiraníes) y cuatro iraníes muertos en el ataque.

Debido a la cantidad de gente, muchos iraníes no pudieron salir de las estaciones de metro, según la agencia de prensa ISNA. Mucha gente estaba bloqueada en las calles adyacentes en torno a la avenida Enghelab (Revolución), el principal itinerario de la procesión.

“Contra las bases estadounidense”

En una calle, un niño se encarama a un árbol para ver si la calle es accesible. Mientras, aprovecha para gritar “Muerte a Estados Unidos”, coreado por otros.

“Muerte a los infieles” y “Muerte a los al Saud”, la familia reinante en Arabia Saudí, país rival de Irán y aliado de Estados Unidos, eran otros de los eslóganes que clamaban los iraníes.

Un grupo de adolescentes lleva una pancarta en la que está escrito: “El zapato de haj Qasem vale más que la cabeza de Trump”.

Otras personas en duelo reclaman que se expulse a las fuerzas estadounidenses. “Nuestra respuesta debe ser devastadora”, dice el hombre de negocios de 61 años que se presenta como Afkhami.

“Tenemos que atacar cualquier base estadounidense en la región. Tenemos que atacar todo lo que esté al alcance de nuestros misiles”, asegura.

“Expulsar a los estadounidenses (de Irak) no basta”, sentencia.

Unidad iraní

El alcance de la multitud en Teherán, que según medios estatales llegó a millones de personas, se asemejaba a las aglomeraciones vistas en 1989 para el funeral del fundador de la república islámica, el ayatolá Ruholá Jomeini.

Soleimani era considerado un héroe por un muchos iraníes, incluso para quienes no se consideran partidarios del sistema de gobierno clerical del país.

Imágenes aéreas mostraban a carreteras y calles colmadas de personas, muchas de las cuales coreaban “muerte a Estados Unidos”, en una poco habitual muestra de unidad que será bien acogida por el gobierno luego de unas letales protestas en noviembre.

La demanda de Irán de que las fuerzas estadounidenses dejen la región tomó impulso el domingo cuando el Parlamento iraquí aprobó una resolución el domingo que recomendaba al primer ministro ordenar la salida de todos los efectivos extranjeros.

Los líderes chiíes de Irak, incluyendo quienes se oponen a la influencia de Irán, han cerrado filas desde el viernes llamando a la remoción de tropas estadounidenses. Cerca de 5.000 efectivos del país norteamericano están desplegados en Irak, en su mayoría en roles de entrenamiento y asesoría técnica.

El primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, dijo el lunes al embajador estadounidense en Bagdad, Matthew Tueller, que las dos naciones deberían trabajar juntas para implementar la resolución del legislativo de Irak sobre el retiro de tropas.

“Enfatizamos cuán peligrosa es la situación ahora mismo y sus potenciales consecuencias, y añadimos que Irak está haciendo todo lo posible para evitar caer en una guerra a gran escala”, dijo el despacho de Mahdi en un comunicado.

El lunes en Teherán, la procesión para despedir a Soleimani fue encabezada por el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, quien sollozó mientras dirigía las plegarias.

La hija del general, Zeinab Soleimani, dijo a los presentes que Estados Unidos enfrentaría un “oscuro día” por el fallecimiento de su padre. Las marchas y actos fúnebres para Soleimani se trasladarán el martes a la ciudad natal del comandante, Kerman.

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