En los cuatro meses que van de la pandemia médicos han atendido cientos de pacientes infectados de COVID-19, visto morir a familias completas por este virus, lo cual ya está causando desgaste físico y mental en los doctores, tal como le sucede al médico Daniel Arellano Guevara, quien desde hace tiempo presenta síntomas de agotamiento, dolores intensos de espalda y piernas.
En esta pandemia "he bajado cinco kilos y los dolores en espalda y piernas me obligaron ir a terapia de rehabilitación física por gran cansancio muscular", señala el especialista en medicina interna y terapia intensiva.
Daniel Arellano trabaja en promedio 73 horas a la semana en atención de pacientes positivos a COVID-19 , 40 de ellas en el Hospital General "Salvador González Herrejón" del Instituto de Salud del Estado de México, en el municipio de Atizapán y otras 33 horas en el hospital de especialidades del Centro Médico Nacional, Siglo XXI del IMSS.
El problema no son el número de horas, sino la intensidad del trabajo durante estos cuatro meses de pandemia "en los que me ha tocado atender cientos de pacientes con COVID-19", por un lado en condiciones adversas con pocos recursos y casi sin apoyo de personal y por el otro con toda la infraestructura y equipo que da el trabajar en el Hospital Siglo XXI, reconoció.
En esta pandemia como médicos "vivimos una oportunidad tremenda, de atender un virus nuevo, donde el conocimiento científico y la experiencia son la clave para intentar salvar una vida", afirmó Daniel Arellano, quien reconoció que también han tratado de aprender a ahogar el llanto, muchas veces sin lograrlo al acompañar los desenlaces fatales, con "gran tristeza al ver morir a gente muy joven, en etapa productiva, familias completas padre, madre e hijos, madre e hijos, tíos y abuelo".
Arellano Guevara ha acompañado directamente, la muerte de 30 pacientes por COVID-19 y de cientos en el entorno en sus intensas jornadas de trabajo en ambos hospitales, en los que labora tanto en el Estado de México como en la Ciudad de México, en el epicentro de la pandemia.
Con 45 años de edad, Arellano siente por momentos que le faltan las fuerzas, que su agotamiento físico y mental no da más, pero la ética que tenemos como médicos, va más allá y nos obliga a sobreponernos.
Por ello conminó a la gente "a que se siga cuidando, que salga sólo para lo indispensable, que valore el gran esfuerzo que hacemos todo el personal de salud en esta pandemia en la que muchos trabajadores del sector salud han muerto y otros han pasado por un gran calvario como el enfermero Bernabé", del Hospital "Herrejón" donde entre marzo y abril, se registró un brote de COVID que afectó a 35 médicos y enfermeras y generó la muerte de dos de ellos Heriberto Arena Solís y el doctor Ricardo Ríos.
Con información de El Universal.
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