El líder del extinto Cártel de Guadalajara, Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como ‘El Flaco' y el 'Jefe de Jefes’, podría purgar su pena judicial en confinamiento domiciliario, sugirió el director general del Sistema de Prevención y Reinserción Social, Antonio Pérez Juárez.
El titular del sistema penitenciario jalisciense dijo que la Ley Nacional de Ejecución Penal establece que para el otorgamiento de una medida distinta a la prisión se debe acudir ante el juez de ejecución, aunque al también llamado ‘Jefe de Jefes’ se le han negado dos solicitudes de confinamiento.
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“Con toda objetividad y respeto puedo decir que es un interno que cumple con toda tarea y con toda actividad del centro. Estos tres años que me ha tocado darle seguimiento a su proceso de reinserción, puedo decir que el señor Félix Gallardo está preparado y jurídicamente merece una reclusión domiciliaria”, detalló.
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En el último recurso negado en 2019 por el Segundo Tribunal Colegiado Penal de la Ciudad de México se rechazó su confinamiento domiciliario, en una residencia del fraccionamiento Ciudad del Sol, en Zapopan, Jalisco, en una de las dos condenas que le fueron impuestas, por delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho, derivado del tráfico de cocaína en aerotaxis.
Los magistrados consideraron que no probó que sus enfermedades sean tan graves, o pongan en riesgo su vida, como para no compurgar en prisión los 8 años que le restan de condena según el expediente aludido.
Los problemas de salud del ‘Jefe de jefes’
El también apodado como ‘El Padrino’ expuso que padece de pérdida de visión en un ojo y cataratas en otro, mal funcionamiento de un oído, problemas de reflujo y antecedentes de micro infartos cerebrales y hernias.
Ante ello, manifestó la necesidad de cuidados médicos especiales que no pueden facilitarle en el Penal Estatal de Puente Grande, en Jalisco.
Regresaría a casa, pero en arresto domiciliario
Félix Gallardo continúa internado en el complejo carcelario estatal ‘Puente Grande’, en Jalisco, un reclusorio de mediana seguridad, dada su senilidad y precario estado de salud, por lo que ya no es considerado una persona con perfil de alta peligrosidad.
Estuvo preso, desde abril de 1989, en el Reclusorio Sur de la Ciudad de México, así como el Cefereso No. 1 ‘El Altiplano’ en Almoloya de Juárez, Estado de México, en el Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial (Ceferepsi), en Morelos, por algunos padecimientos psiquiático-psicológicos, y luego en el extinto reclusorio federal número 2, ‘Puente Grande’.
Su reclusión transcurre en un área en la cual convive con alrededor de 150 internos, y sin privacidad absoluta por sus enfermedades crónico degenerativas, dado que requieren espacios especiales.
Con información de El Financiero
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MG