Hoy 27 de febrero se cumple un año de que se confirmó de manera oficial el primer caso del virus SARS-COV-2 (causante de la enfermedad denominada COVID-19) en México, el cual fue detectado en un laboratorio del Instituto de Enfermedades Respiratorias (INER) en un hombre que viajó a Italia.
En aquel entonces, tras meses a la expectativa sobre cómo y cuándo se presentaría el primer brote de coronavirus en México, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio un mensaje a la nación al día siguiente, en el que informaba que el paciente, junto con su familia, se encontraban en aislamiento.
Al pasar de los días, cuando se identificaban algunos casos aislados de COVID-19 en todo el país, se pensó que la pandemia podría ser contenida dentro de poco tiempo, pero el aumento exponencial no solo probó que las estimaciones del gobierno estaban equivocadas, sino que se trataría de una pandemia larga y costosa en todo sentido para los mexicanos.
El virus tendría su origen en China, pues el primer brote oficialmente confirmado ocurrió en el mercado de mariscos de Huanan, en la ciudad de Wuhan, cuando las autoridades sanitarias identificaban la enfermedad como una variante más severa de la neumonía.
De China, la enfermedad llegó a todos los rincones del globo, afectando severamente a Europa occidental, Estados Unidos, Rusia y partes de Latinoamérica, tales como Brasil y México, por lo que los gobiernos, universidades y farmacéuticas comenzaron rápidamente a desarrollar una vacuna.
En los últimos meses, nuestro país se ha posicionado como una de las cinco primeras naciones con más muertes a raíz del coronavirus, además de que tiene la tasa de mortalidad más alta del mundo, a pesar de la relativamente baja letalidad del virus.
Hasta el momento, la pandemia ha tenido efectos devastadores en casi en todos los ámbitos de la vida, desde la economía, la política y las relaciones sociales, por lo que a partir del COVID-19, el mundo ha cambiado para siempre.
JMCG