A tan solo unos días del 8 de marzo, cuando se hace una marcha en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Palacio Nacional, la residencia oficial del presidente de la República, fue rodeada con una serie de vallas metálicas de más de tres metros de altura, esto para evitar que manifestantes realicen destrozos en la fachada del edificio.
El recinto histórico, que hasta hace poco volvió a albergar al mandatario del país, fue asegurado en su flanco poniente, el cual da al Zócalo o Plaza de la Constitución, así como también por el flanco oriente, ubicado en las calles de Moneda y Corregidora.
La colocación de vallas de estas características se debe a los recientes actos de vandalismo que han tomado lugar en los alrededores de Palacio Nacional, pues en demostraciones previas, se han registrado enfrentamientos violentos, connatos de incendio y hasta heridos por petardos y bombas molotov lanzados por encapuchados.
En días previos, tanto el presidente López Obrador, como la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, hicieron un llamado a los participantes de las protestas para que lleven a cabo la marcha de manera pacífica, mientras que reiteraron que no habría represión por parte de las fuerzas del orden.
Sheinbaum, por su parte, aseguró que solamente se tomarán medidas de contención, con el objetivo de minimizar los daños tanto a negocios como a civiles, quienes en ocasiones anteriores han sido atacados por manifestantes encapuchados.
Medidas de este tipo también se tomaron en monumentos como el Palacio de Bellas Artes y el Hemiciclo a Juárez, ubicados a tan solo unos metros de distancia entre sí, y que son blancos frecuentes de vandalismo durante todo tipo de protestas. Las recientes acusaciones de violación contra Salgado Macedonio, candidato a la gubernatura de Guerrero, así como el rechazo a la despenalización del aborto en Quintana Roo, han avivado la llama de las demostraciones.
JMCG