La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, responsabilizó a las declaraciones proteccionistas del candidato republicano Donald Trump por la reciente depreciación del peso mexicano, aunque subrayó que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no está en peligro.
Este comentario se produjo tras el cierre del tipo de cambio de este lunes, que situó el dólar en 19.98 pesos, una pérdida de casi el 3% en comparación con la semana anterior.
Expertos atribuyen esta caída a las amenazas de Trump de imponer aranceles de hasta 300 por ciento a los vehículos producidos en México y gravar las importaciones, además del aumento de las probabilidades de que el expresidente gane las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos.
Sin embargo, Sheinbaum enfatizó que su reciente reunión con 240 líderes empresariales en el foro ‘US-Mexico CEO Dialogue’ reflejó una fuerte integración económica entre México, Estados Unidos y Canadá, lo que blinda la estabilidad del acuerdo comercial.
"La economía de Estados Unidos depende mucho de México, y nuestra relación comercial se ha fortalecido bajo el marco del T-MEC", aseguró la mandataria. Añadió que el objetivo de su gobierno es seguir expandiendo esta cooperación económica hacia todo el continente.
Sheinbaum también reafirmó que México mantendrá una buena relación con el próximo gobierno estadounidense, sin importar quién gane las elecciones, ya sea el republicano Trump o la demócrata Kamala Harris.
"Independientemente del resultado electoral, estoy segura de que seguirá habiendo una buena relación, porque la integración económica es clave y ambos candidatos lo saben", afirmó.
La preocupación por los aranceles es significativa, ya que más del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, siendo la industria automotriz un pilar fundamental de la economía mexicana. Este sector representa casi el 4 por ciento del PIB nacional y el 20.5 por ciento del sector manufacturero, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Con esta postura, Sheinbaum busca transmitir confianza tanto a nivel nacional como internacional, asegurando que las fluctuaciones temporales del peso no afectarán la estabilidad del T-MEC ni la relación estratégica entre México y sus principales socios comerciales.
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