La tradición del Día de Muertos en México es un puente espiritual que une a los vivos y sus seres queridos que han partido, permitiendo a las almas cruzar temporalmente al plano terrenal.
Durante una semana, desde el 27 de octubre hasta el 3 de noviembre, las almas visitan a sus familias y disfrutan de ofrendas preparadas con amor y nostalgia. Esta tradición ancestral celebra el ciclo de la vida y honra a quienes ya no están físicamente, manteniéndolos presentes a través de la memoria y el recuerdo.
La llegada de las almas de los niños no bautizados
Cada 30 y 31 de octubre, las familias mexicanas encienden una vela extra en sus altares para guiar el camino de las almas de los niños que no fueron bautizados. Se cree que estos pequeños regresan para pasar unas horas en el mundo de los vivos, y su llegada se celebra con cariño y ternura. Además de las ofrendas tradicionales, es común que los altares incluyan juguetes, globos y otros objetos simbólicos que inviten a los niños a "jugar" y sentirse parte del hogar familiar, aunque sea solo por un momento.
Para ellos, se coloca un vaso de agua adicional, que representa la pureza y la serenidad, así como una vela que ilumine su recorrido hacia el altar, un gesto que les ofrece descanso y paz en su travesía espiritual.
Significado y rituales del 1 al 3 de noviembre
El punto álgido del Día de Muertos inicia el 1 de noviembre con la llegada de las almas de quienes fallecieron siendo niños y fueron bautizados. Esta fecha, conocida como el Día de Todos los Santos, es uno de los momentos más especiales para las familias, quienes preparan las ofrendas con platillos, dulces y objetos que alegren a los pequeños visitantes.
El 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, es el turno de todas las almas. Las familias agregan a las ofrendas platillos, bebidas y flores de cempasúchil, además de copal, para guiar e iluminar el camino. Este día es un tiempo de profunda conexión y reflexión, donde el amor y la gratitud hacia los difuntos se reflejan en cada detalle del altar.
Finalmente, el 3 de noviembre marca el momento de despedida. Las familias encienden una última veladora blanca, queman copal y rezan, despidiendo a sus seres queridos con la esperanza de un reencuentro el próximo año. Este día, también se levanta la ofrenda, cerrando así el ciclo espiritual de la festividad y dejando atrás un profundo sentimiento de paz y unidad.
Fechas de llegada de las ánimas en la tradición
La llegada de las ánimas durante el Día de Muertos sigue un calendario que marca la visita de distintos tipos de almas:
- 27 de octubre: Las almas de las mascotas.
- 28 de octubre: Las almas de personas que tuvieron una muerte trágica.
- 29 de octubre: Las almas de quienes fallecieron ahogados.
- 30 de octubre: Las almas de aquellos olvidados o sin familiares.
- 31 de octubre: Las ánimas de seres que nunca nacieron o están en el limbo.
- 30 y 31 de octubre: Los niños no bautizados.
- 1 de noviembre: Los difuntos de vida ejemplar y los niños bautizados.
- 2 de noviembre: Todas las almas regresan.
El Día de Muertos, más que una celebración de la muerte, es una festividad de amor, respeto y recuerdo. Las familias mexicanas no ven en estas fechas una ausencia, sino una oportunidad de mantener vivo el vínculo con quienes partieron, reafirmando que el amor trasciende cualquier barrera.
JGH