La Navidad se acerca y, con ella, la tradicional cena que reúne a familiares y amigos. Más allá del pavo, los romeritos y las luces centelleantes, hay ciertos personajes que no pueden faltar en esta celebración y que, de alguna manera, hacen que la noche sea memorable. Aquí te presentamos a los clásicos infaltables de la cena navideña.
El chef orgulloso:
Siempre hay alguien que se encarga de la cocina y que no pierde la oportunidad de recordar cuántas horas le tomó preparar cada platillo. "¿Probaste el pavo? ¡Me tardé cinco horas!", exclama con orgullo, mientras busca la aprobación de todos.
El fotógrafo oficial:
Armado con su teléfono (o una cámara profesional), esta persona se asegura de capturar cada momento de la noche. Desde la entrada triunfal del pavo hasta la selfie grupal con gorros de Santa Claus, "¡Sonrían, familia!" es su mantra.
El niño travieso:
Ese pequeño torbellino que corre de un lado a otro, derramando refresco y tirando decoraciones. Nadie se enoja porque, en el fondo, todos lo encuentran adorable. "¡Cuidado con el árbol de Navidad!", gritan los adultos, aunque siempre es demasiado tarde.
El contador de chistes:
La cena no estaría completa sin el tío o la tía que tiene un arsenal infinito de chistes (buenos y malos). "¿Ya les conté el de...?", empieza, y todos saben que es mejor reírse, aunque sea por cortesía.
El dormilón:
Alguien que, inevitablemente, se queda dormido en el sillón después de la cena. Ya sea por el cansancio acumulado del año o por la dosis extra de ponche, siempre hay una foto comprometida de esta persona roncando bajo la manta navideña.
El nostálgico:
Esta persona aprovecha la reunión para contar anécdotas de navidades pasadas. "¿Se acuerdan de aquella vez...?, inicia, y todos escuchan atentos, aunque ya conozcan la historia de memoria.
El crítico culinario:
No importa lo delicioso que esté el banquete, siempre hay alguien que tiene una opinión. "El relleno podría tener más nuez", comenta mientras mastica, generando miradas de reojo y suspiros de paciencia.
El briago:
Siempre hay uno que se pasa con el ponche o la sidra. Este personaje es conocido por sus brindis interminables y su canto desentonado de villancicos. "¡Feliz Navidad a todos, los quiero mucho!", exclama con voz pastosa, antes de intentar, sin éxito, mantenerse en pie.
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El que no hace nada, pero exige:
Invariablemente, hay alguien que no mueve un dedo para ayudar pero tiene muchas opiniones sobre cómo deberían hacerse las cosas. "¿Todavía no está lista la cena? Deberíamos tener más postres", comenta mientras los demás terminan los preparativos.
El que pelea los terrenos:
Cada familia tiene a esa persona que, en algún momento de la noche, menciona los terrenos familiares y comienza una discusión sobre quién debería tener qué. "Esos terrenos eran de mi abuelo y yo tengo más derecho", declara, causando un suspiro colectivo.
La Navidad no sería la misma sin estos queridos personajes que, con sus particularidades, hacen de la noche una experiencia única y entrañable. Así que, cuando te sientes a la mesa este año, disfruta de la compañía y ríe con cada uno de estos inolvidables comensales.
JGH