México / Tren Maya

Por las obras del Tren Maya, locomotora de carga deja de transitar en Campeche

Tras 40 años de transitar por Campeche como transporte de carga y pasaje, la locomotora del ferrocarril suspendió labores debido al inicio de obras del Tren Maya.
Foto: Alan Gómez

 

Luego de 40 años de transitar por la ciudad como transporte de pasaje y carga, desde hace un mes la poderosa locomotora del ferrocarril dejó de retumbar las casas con el rugir de sus máquinas y obstaculizar el paso vehicular por las maniobras cerca de la estación.

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El Ferrocarril del Sureste, luego Ferrocarriles Nacionales de México, Chiapas Mayab y Ferrocarril Istmo de Tehuantepec, dejó de moverse; los vecinos a lo largo de los 16 kilómetros de la ciudad finalmente pueden dormir bien sin ser despertados por el ensordecedor ruido de la locomotora y del paso de los vagones.

Momentáneamente dejó de temblar por las colonias el Camino Real, La Ermita y Santa Lucía y de paralizar el tránsito en estos cruces mientras llegaba a la estación del Sureste (en la avenida Héroes de Nacozari).

Desde hace más de un mes, la locomotora ya no transita por estás vías, debido al inicio de las obras del Tren Maya.

El secretario general de la sección 32 del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, Manuel Jesús Castillo Estrella, declaró que el empleo para los 200 trabajadores de la sección se había detenido con la suspensión del recorrido de Campeche a Palenque.

Hasta los vecinos de la colonia La Ermita, como José Martínez Díaz, recuerdan que desde hace un mes no escuchan el paso del tren, porque en algunos tramos se han retirado las vías para dar paso a otro moderno equipo, del cual no tienen la mínima idea de cómo sería.

Martínez Díaz, acostumbrado al paso de la locomotora, recuerda que los recorridos eran en las mañanas, a mediodía, en la tarde y en ocasiones en la madrugada, pero ya estaban aclimatados al sonido y al movimiento de la tierra por su peso al transitar por estos metros.

Como habitante de este punto de la ciudad, recuerda haber sido testigo del accidente que se registró en este tramo a cien metros de la puerta de su casa, de un choque que tuvo la máquina con una camioneta, y también de un descarrilamiento.

Por su parte, Pérsida Miss May recuerda cuando ocurrió la salida de la vía, cuando tenía a su hijo en brazos; quien ya cumplió 39 años.

También hubo otro descarrilamiento, hace 35 años, en el tramo que se conoce como Camino Real, casi enfrente de lo que ahora es el cruce de la calle 2 que va hacia Bellavista.

Oriunda del barrio, Miss May recuerda que antes vivía con su mamá en la casa de madera de los ferrocarrileros; el mar llegaba casi hasta ese punto, no existía la edificación ni el parque “Felipe Carrillo Puerto”.

Casi todos son herederos de terrenos y viviendas de sus familiares, algunos se las compraron a los mismos; han sido varias generaciones las que crecieron con la expansión de la ciudad y de la modernidad que en su momento supuso el ferrocarril.

Maquinistas

Entre los habitantes hubo aquellos quienes laboraban en el ferrocarril, como Carlos Escalante Gratacruz, quien durante 30 años viajaba de Campeche a Coatzacoalcos, en viajes que duraban una semana durante la temporada de lluvias y 72 horas en temporada de secas.

De 76 años de edad y 26 de jubilado, cuenta algunas anécdotas para luego retirarse para ir en busca de un amigo (también pensionado) y cobrar su remuneración por el tiempo que laboró en el rubro.

 Por Wilbert Casanova